jueves, 17 de septiembre de 2015

Mucho,todo,tanto,porqué será que te tongó ré kákómbéeee

algo que ruge desde las mismísimas entrañas, como un león que recién se despierta y se va reconociendo de a poco mientras bosteza con esa mortífera boca de león de zoológico enjaulado y drogado y ella que mira todo con su pequeña edad desde tan atrás, desde tan abajo que tiene que pedir ayuda para entender qué esta pasando pero nadie parece oírle, tantos flashes y monos con el culo rojo que mejor salir disparado como una bala de calibre policial hacia el corazón de un ladrón de joyerías en alguna ciudad, New York, Buenos Aires, siglo XX, grandes trajes, sastrería, elegancia, música al caminar, dar el pie, ceder el asiento, tomar whisky, fumar habano, hacer aros de humo, mojar el pan en el vino, tomar el vino en el balcón, sentir tus labios, hacerte mimitos, confiarnos angustias y dar el paso, correr hacia el terremoto, dar miles de vueltas hasta marearse y agotarse y pedir basta, pedir que la guerra continúe, hacerse del talismán secreto que ambos cobijamos y reconocemos a simple vista detrás del umbral de mármol, detrás de aquella máscara africana, detrás de aquellos tambores, algodoncito aterciopelado de colesterol bajo gracias a caminata lunar, mi rubí chueco y sediento de choripán en costanera, de cine irlandés en Almagro y San Lorenzo, en la batalla de Luján y en la de Corrientes, terremoto, miedo, angustia, soledad, eficacia, traslación, penetración, portación de rostro, mal gusto, vaya a la cárcel, tome otra tarjeta, tire los dados, entrecierre los ojos, un poquito de pestañas, un poquito de sol, mucha luna, amor, sábanas viejas, mojadas, jazz, jarra de fernet, tira de asado y tu carita bonita, que no me niegues, Avenida Salvador María del Carril y edificios y humo y ollín y falta de respiración.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hazlo Harry!

Si querés cambiar, compráte una remera nueva de un color distinto que no tengas en el placard así tirás toda la ropa "vieja" que tenés y me la regalas a mi que me gusta cuando me viene la ropa de arriba, de "arriba" es decir, de tu placard, que una vez fue árbol, vida, madera sobre madera, papel con papel, porque yo siempre tuve un sapo que se llama pepe, como los que cantan en el coro de Harry Potter, en el momento justo, ellos cantan porque es un mundo mágico y en nuestra realidad no cantan sapos, aunque en la mía a veces si, y por eso me dicen que soy loco, enfermo mental, tengo que tomar pastillas, sidra, yo elijo el whisky, no deja resaca, aunque sale más caro y para eso tengo que trabajar y adaptarme a las reglas temporales del sistema capitalista y el celular aunque me chupa un huevo si es el nuevo Samsung S-3 o el Motorola fosforescente que habla como Miky Maus en pantalones cuadrados y Cenicienta buscando un novio rubio con auto que la lleve de joda y jarána y por los siglos de los siglos amén. 
                                                                                     El pavo real debe mostrar las plumas, aunque viva en Ohaio.