jueves, 30 de octubre de 2014

Nubes de señora

Si las cosas que me estás diciendo son ciertas podría creerte, pero no me interesa averiguar si lo que dices es cierto porque cuando empiezas a hablar ya no eres tú, son las nubes quienes cuentan su verdad ante mi y a ellas sí, definitivamente a ellas sí elijo creerles mientras sigues hablando con palabras que no tienen ningún significado para mí y hasta las siento molestas porque las nubes parecen pedir absoluto silencio, lo que mis ojos están proyectando en el cielo ya me es tan habitualmente irreal que antes me asustaba pero hoy en día, hoy en día señora le puedo decir mientras lo único que percibo de usted es su voz de queja, que aquí hay una demasiado espumosa, hoy son todas espumosas en el cielo-mantel celeste, alguien abrió un yampán allí arriba porque de seguro se están divirtiendo y la espuma se dispersó en el enorme mantel a varias direcciones donde nubes espumosas y hermosas ahora son.
 Volvamos a tierra y vamos a tratar de que las quejas de la señora signifiquen algo para mí en esta tarde de yampán celestial creando nubes espumosas, porque sino me voy a tener que creer la verdad de que en realidad no estoy en la calle observando las nubes mientras una señora me está hablando y no la estoy escuchando y hasta me es molesta, sino que estoy en mi cama durmiendo soñando todo esto, o tal vez todo sea parte de la verdad de la señora que como no tiene con quien hablar sabe que soy su mejor amigo imaginario, que a veces la escucha, otras veces me cuelgo mirando pa´arriba pero siempre la acompaño cuando hace las compras y lleva la bolsa pesada de aquí pa´allá porque lamentablemente no hay ningún jovencillo generoso que la ayuda a mi creadora en este barrio de gente mala y chusma y cuánto calor que hace, el colectivo no llega y mi amigo imaginario no sirve ni para llevarme las bolsas.
 La señora se duerme, el hombre que la soñó junto a su amigo imaginario se levanta y se viste apresuradamente para salir a la calle sin desayunar para mirar el cielo, en la puerta de su casa, una señora le está hablando sobre lo feo que está el tiempo.

lunes, 20 de octubre de 2014

En qué lío volcánico te haz metido

Es exactamente lava volcánica lo que ves ante tus ojos ahí nomás, a unos cuantos metros si lo sigues con la mirada podrás darte cuenta del ínfimo tramo que te separa del océano inmenso de sangre terrestre, sientes algo de miedo porque estás solo y es normal, piensas que si estuvieras con alguien más podrías intentar poner palabras a lo que está sucediendo y así calmarse un poco, o tal vez todo se torne peor y sin control y mucho más desesperado hasta el hecho de llegar a pensar que tirarse a nadar en la lava no es una tan mala idea porque !si no tenemos miedo podemos controlar el calor! quien sabe, tal vez sea cierto, pero nadie está contigo y la idea de tirarse a nadar no te es familiar, entonces te acuerdas que hace tan solo unas horas, antes de encontrarte en este desierto rojizo cubierto de lava con una luna uña arriba, estabas sentado sobre el inodoro leyendo el diario, analizando el funcionamiento de un motor de una moto que te querés comprar para salir a correr y que las líneas blancas verticales de la calle que están separadas se conviertan en una sola, y a los costados no haya casas, ni negocios, ni edificios, que sea como una pared continua llena de luces y las líneas blancas separadas sean una sola tan larga como interminable y frenética con el viento pegando de frente en la velocidad de 220 kilómetros por hora sobre la motocicleta, las vacaciones estrambóticas que te haz tomado te han llevado a no comprarte la moto, pero no perdiste la oportunidad de alquilar ese cuatriciclo en la tienda de alquileres de cuatriciclos porque había una rubia hermosa que querías ver de dónde era, porque si alemana o inglesa seguro te entendería y el departamento después, sin embargo te atendió un africano de 2 metros lleno de oro, tan pelado con su dientes blanquísimos que te obnubilaron, te dejaron ciego, confundido y decidiste escapar con el cuatriciclo y ahora mirá en que lío te metiste cubierto de lava volcánica, solo, con el bicho enorme de cuatro ruedas consumiéndose lentamente por el calor infernal de la sangra terrestre y maldita sea la moto que no me pude comprar para venir a este país tan desconocido en el mundo lleno de negros altos que me dejan ciego y esta sangre que es tan parecida a la que corre por mis venas aunque sin embargo está llena de burbujas y sale tanto humo que es distinto y eso asusta porque en las películas esto nunca termina bien, tendría que buscar un árbol, una palmera, subir hasta la cima, agarrarme con ambas manos y ambas piernas y esperar que la lava vaya consumiendo lentamente primero el tronco, luego las manos del árbol, y por último a mí, que no soy negro alto de dos metros y no puedo soportar tanto calor, pero sin embargo me subiré y esperaré y tal vez me salve y mañana pueda volver a mi casa a comprarme la moto, o a escuchar un cd de Herbie Hancock.

martes, 14 de octubre de 2014

Se llama "Furgona" y tu abuela bruja

Mientras ando en mi bici que quiero tanto que está toda despintada y se llama Furgona, porque un día yendo para Retiro en tren, a sacar otros pasajes de tren, para hacer un viaje hacia lugares mucho más puros que en el que me encuentro ahora, hablé con una chica que me dijo que su bici se llamaba Cleta, y reflexionamos juntos en que la mía, a la que ya he dicho cuanto la quiero, no tiene nombre, y es cuando le pongo nombre a las cosas que las empiezo a querer más, y hasta dejan de ser "cosas" y pasan a ser seres con identidad y personalidad que tanto me gusta andar por la calle sobre Furgona, sus chirridos en medio de la noche son tan acogedores, la chica que está en bicicleta adelante mío lleva puesta una mochila y maneja con una sola mano ya que en la otra lleva una escoba, la siento tan curiosa que acelero un poquito la velocidad y quedo a la par, la miro y le comento mi extrañeza ante la situación de verla manejando la bici con la escoba en su mano izquierda, -¿Por qué te es extraño verme manejando con una escoba en la mano, y no te es extraño que en vez de una escoba no esté llevando una pala para recoger las hojas muertas de este mundo enfermo?- Debo admitir que su respuesta me descolocó un poco, no del todo porque yo había pensado anteriormente en preguntarle que hubiera sido mucho más tierno, verla llevando una pala, pero esa pala, pensé yo, hubiera servido para asustar algunas hormigas haciéndoles creer que las aplastaríamos con ella, hacerse un poquito el malo con la pala asustando a las pobres hormigas aunque sabiendo que en el fondo nos gusta verlas caminar tan trabajadoras y sorprendernos que levantan tanto peso en esas hojas. -¿Por qué estás corriendo alado mío? ¿Si sabías que ibas a encontrarme en medio de esta noche, con mi escoba que era de mi abuela bruja, por qué no viniste en bicicleta a hacerme compañía?- Sus preguntas fueron un cachetazo que me devolvió a la realidad en la que estoy corriendo alado de Juliana, que tonto fui al pensar que le podía hacer creer que estaba andando en bicicleta, al salir de casa y pensar en el episodio del tren, cuando la bauticé con el nombre que lleva hoy en día, Furgona, realmente creí que al encontrarme a Juliana con su escoba, mis pensamientos y mi manera de correr tan bicicleta, iban a mostrarme ante sus ojos arriba de Furgona, pero no fue así y otra vez la pala jugando con las hormigas, y la escoba de su abuela, llevando a su abuela de paseo cerca de las estrellas, chau rascacielos y hola montañas, que abuela tan bruja soy volando, hoy no preparé nada en mi caldera, me siento mal por eso, le puse nombre a mi caldera, se llama Chorrarona, y la quiero tanto que me siento culpable por no haberla sentido hoy, a mi pobre Chorrarona.

miércoles, 8 de octubre de 2014

La mariposa se hizo sopa

Sonó el timbre en el departamento con sabor a palo santo y con el sonido de cascadas artificiales del séptimo piso en el barrio de Olivos, se hizo escuchar suavemente en los oídos de la pareja, como todo lo que encubría sus vidas desde que se conocieron y decidieron que así tenían que vivir, el francés la miró a Julieta con cara de cansado porque era de noche y dale andá vos, ella le sonrió con complicidad y baja las escaleras con la luz apagada y con los ojos cerrados pensando en mariposas de colores hermosos, aire frío lleno de vida danzando en sus narices y una cascada no tan lejos abanicándose en sus oídos, ella corriendo, ella volando y sonriendo, Julieta mariposa de colores y el francés cansado. Cuando llegó a la puerta de calle, un pibe la mira tan extrañado, le entrega el esperado paquete y gracias por traerme la comida querido, ¿Cuánta propina querés? El pibe no sale de su asombro y agacha la cabeza sin contestar, con una sonrisa tímida formándose instintivamente en su moreno rostro, ella le da un gran tierno abrazo, una ostentosa propina y sube con el paquete tan feliz porque ahora otra vez mariposa, el pibe, nunca la olvidará y se peleará con sus compañeros de laburo para llevarle siempre los pedidos, -!A la casa de la loca voy yo!- le molestaba llamarla así, pero así era como la habían etiquetado sus malvados compañeros, que reían insensiblemente ante su pedido porque pensaban que pobre Marianito, está engatuzado con la loca que alguna brujería seguro le hizo para dejarlo así de colifa, pero claro, si a ellos no les dio ese abrazo, nunca me entenderán.
 Julieta inicia la subida tan mariposa hacia el departamento donde la espera el francés exhausto, aunque ella se enamoró de quien supo ser sapo y le encantaba bajar a buscar los pedidos con la luz apagada, aunque ahora ya hace tiempo que no es sapo y ya no pelean por ver quién es el que baja a buscar los pedidos para ser sapo o mariposa, el francés dejó de ser sapo y ella no entiende por qué, encima me acuerdo cuando íbamos juntos tan sapo y mariposa que viajábamos a donde queríamos, plazas, montañas, ríos, glaciares, bosques, senderos, botes, barcos, pueblos fantasmas, pero ahora tengo que abrir el paquete, que tendría que ser nuestra cena pero no, es una horrible bomba, alguien nos tendió una extraña jugarreta, deben ser envidiosos que no se aguantan a esta loca linda, je, pero bueno, la bomba es una buena excusa para que volvamos a bajar juntos con la luz apagada y volémos como antes, aunque ahora es ir hacia algo parecido a una guerra porque se nos están despedazando las partes del cuerpo a causa del estallido y el fuego y el humo, las ruinas del edificio, y ahora, yo mariposa, él sapo, en el cielo, viendo una película de Darín comiendo frutillas sin crema, pero muy ricas por cierto.

sábado, 4 de octubre de 2014

Chau intendente

!Por favor abuela bajá el volumen de la televisión que quiero leer abuela por favor! La voz del conductor del programa, muy afligido por la noticia que está transmitiendo con su corbata y su pelo corto con algunas canas, con la música de fondo que siembra misterio mientras las cámaras que filman todo lo que está pasando en el piso, sostenidas por José y Mario que se miran cansados, hoy les tocó estar todo el día filmando, hubo programación especial en la grilla del canal porque murió un intendente del gobierno, y el noticiero debe extenderse en el horario ya que todos los televidentes tendrán que fascinarse desde el otro lado escuchando a la tía y a un político del partido opositor dolido por la situación pero aclarando que la muerte no debe ser situación meritoria para sumirse en la falsedad y decir que el intendente de Ramos Mejía hizo todo bien, no, a pesar de que murió, y recalcar que fue un gran padre de familia. hay que recalcar que en su gobierno hay muchos casos de corrupción y lavado de dinero que el pueblo quiere saber la verdad.
 -Son las nueve y media Mario, ¿Cuánto hace nos trajieron los sanguchitos de miga?
Mario lo mira a José, muy cansado, sosteniendo la cámara, ambos sostienen la cámara y se miran hambrientos y piensan si el noticiero va a continuar en el aire mucho tiempo más, porque las esposas ya están desconfiando de por qué llegan tan tarde, !Y abuela bajá la televisión que quiero leer!