jueves, 26 de febrero de 2015

El juego de los velos

A veces uno se pone a pensar en qué está pensando precisamente, trata de vestir las ideas de blanco para que una aclamada transparencia nos ilumine los ojos, y es ahí cuando nuestros ojos que ahora están cubiertos por este velo blanco e invisible, proyectan un mundo en donde los colores son más intensos y nos llaman más la atención, porque el cartel que dice "Farmacia" ahora adopta nuevas formas hasta este momento desconocidas, porque notamos que es verde, que cada una de las letras respeta una dimensión y longitud que hace que todo sea lineal y ecuánime, pero eso no me gusta mucho, así que decido someter a mis ojos a otro velo, no deseo sentirme influenciado por el querido velo blanco y su hermana hija transparencia, sino que cuando la palabra "sueño" suena cálidamente dentro de mí, un velo de muchos colores sin forma específica, pero que se mueven, es el que ahora cubre mis ojos y proyecta todo distinto, ya que el cartel de "Farmacia" ahora es diabólico y a la vez angelical, porque la "F" tiene una boca enorme, esta teñida de rojo y se quiere comer a su "A" compañera, ésta "A" intenta escabullirse y defenderse de las temibles garras de la "F" pero acá nomás tenemos a la "R" que guiñándole un ojo a la "F" sujeta firmemente a la "A" impidiéndole su intento de escape ante el inevitable cruel y sangriento destino que la espera, y eso es exactamente lo que sucederá con ella, algo cruel y sangriento que es lo hace que todo sea diabólico y a la vez angelical, porque nuestra querida "A" sabe que la esperan unas nubes, una tenue brisa, instrumentos de cuerda sonando al compás de su espíritu recién liberado de las garras terrenales, no es momento de seguir hablando de lo que las demás letras de este cartel están realizando, porque los colores del velo siguen jugando entre ellos para que vea lo que realmente sucede con las letras, y como soy yo quien cuenta la historia me reservo de contar los actos terroríficos que siguen ejecutándose, ya que en esta esquina donde estoy parado, en este cuadra, y en la de enfrente, y en la otra también, esta lleno de este tipo de carteles con sus letras comportándose tan similiar, unas comiéndose a otras, otras intentando escapar, otras sujetándose y otras indiferentes, otras tristes como la "B" que se siente gorda y que nadie la quiere, pero así es este mundo de las letras, tan parecidas a nosotros los humanos y tan distintas a los perros, porque ellos no entienden, cuando ven las letras lastimarse se acercan tímidamente y quieren que toda esta masacre termine, mueven la cola y dan unos lenguetazos, si uno no sirve dan otro y otro y otro y así hasta que las letras comienzan a adormecerse, sedadas por el efecto tranquilizantes de las lamidas, y todo es ahora angelical y divertido, tan perro y tan !guau, guau!

domingo, 22 de febrero de 2015

Nunca apagues el aire acondicionado

Qué puedo hacer acaso, si el aire acondicionado ya está prendido, yo le he dicho miles de veces que si no hace tanto calor, de esos calores que logran que nos cueste respirar, esos que te hacen transpirar cuando estás en la playa y hace treinta y ocho grados pero sabés que ahí está el mar, escuchás al señor que vende churros gritar -!Chuurrooooos!- y ahí nomás se te hace agua la boca, y entre los dedidos tenés arena, y por ahí anda la sombrilla nueva que compramos en Cariló, ésa, ésa misma que está ahí señora, la de las florcitas amarillas, sí, vió qué buen gusto que tiene mi señora.
 Ahora, en serio, realmente, dejando todo esto de lado, me encantaría saber qué puedo hacer yo, cual es la cuota de responsabilidad que voy a tener en las siguientes líneas, es decir, yo, el mismo a quien su hijo está en ese cuarto tan cerca del mío ahora, jugando con el perro, riéndo, porque el está acostado y el perro le salta encima mientras muerde su juguete, y mueve la cabeza de lado a lado, se baja de la cama y vuelve a subirse, todo en pocos segundos, y el aire acondicionado sigue prendido, increíblemente sigue allí prendido como si nada importara en este mundo, y no hace tanto calor, ya no entiende de gritos el muchahco, ya no sé qué hacer, porque la arena entre los dedos del pie se siente demasiado bien, y el agua una vez que te metés ya no es tan helada, se lleva bastante bien, porque el aire acondicionado a la noche hace que te pueda agarrar resfriado, y acá en la playa mientras te comés un choclo con manteca y sal no pasa nada, sabés que no te vas a resfriar porque estás contento, y como dice Juanita, ella sí que tiene razón, las enfermedades devienen de las emociones, entonces si estás en la playa y estás contento porque te estás comiendo terrible choclo, no te vas a resfriar, en cambio, si estás en tu casa y llegaste de laburar todo el día en un trabajo que no te gusta y te preocupa mucho la plata porque la tarjeta está saturada de cosas que no te cansas de comprar innecesariamente para mantener a tu hijo feliz que tiene el aire acondicionado prendido y no hace tanto calor se va todo a la reputísima madre que los parió, en serio te lo digo Joaquín, apagá ahora mismo el aire que a papá después le viene mucho en la cuenta, y no me vengas con que tenés calor porque son puras mentiras, puras patrañas, como las que dice Rosaura, sí, esa mucama de la novela de la tarde que mira tu mamá, ella se la pasa diciendo patrañas y tratando de generar discordia en la casa de la honroza familia Columbatto, pobres, los Columbatto, el jefe de familia se parece tanto a mí, sus hijos no logran comprenderlo y encima esa mucama diciendo mentiras de aquí para allá, y además la considero mala actriz, sino fuera así tendría que haber ganado el Martin Fierro.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Gózalo sin cambio

Ya sé muy bien que hiciste no sé cuántos kilometros para arriba, que estuviste muchos metros arriba del nivel del mar y no te pasó nada, no te sentiste mal, no te afectó la altura, que los viajes en micro son interminables pero dentro de todo se llevan bastante bien, porque afuera montañas, colores y todo eso, todo eso de la naturaleza que es tan lindo admirar por la ventanilla cuando uno está viajando, por eso lo interminable se transforma en otra cosa, en disfrutable, aunque ambos terminan en able y tal vez sean lo mismo, aunque también se que influye el color del teclado en el que escribo, que hace que esté hablando de esto y no de aquello, y que mi malestar estomacal también hace que hable de lo que hay hacia afuera de la ventanilla del micro en vez de lo que había adentro, porque es bueno recordar que dentro estaban las señoras vestidas con sus polleras coloridas vendiendo frutas, y galletitas muy baratitas, ¿A cuánto está el cambio? No se, pero lo que sabemos es que no nos favorece ir a ningún lado, no sé porque será, es una cuestión de política, pero no nos peleemos por favor, porque vos pensás que es una hija de puta y yo la quiero, así que mejor no hablar del cambio, hablemos de las palabras que aprendiste, ¿Cómo, que a nosotros nos dicen gauchos? Y sí, el me preguntó cómo le decíamos y le dije que bolitas, se rió, yo también me reí y quedó todo ahí, después me invitó un sanguche de tomate y pollo con mucha mayonesa, estaba muy agradecido porque la verdá me estaba cagando de hambre, era chofer, era Cochabamba, en algún momento fue La Paz, Potosí, Oruro, Villazón, el mercado, la chola, el micro, los kilometros, y qué se yo de esto y aquello con el teclado que es negro y mi dolor de panza también, hacéme el favor de mirar por la ventanilla, decime qué ves, o escribílo, o cantálo, o tocálo, o gózalo papi, !gózalo!