miércoles, 26 de noviembre de 2014

Pimpollo, tulín tulín, VOL. 1

Un cuento un día, habló de un hombre al que le decían cuento y vivía cuerdo, y otro cuento, otro día, contó la historia de un hombre al que le decían.., y murió cuerdo, ambos fueron cuerdos por escuchar música brasilera y fueron castigados por una bruja con consecuencias que el señor que estaba parado en esa esquina, con su larga barba blanca terminada en punta, sus anteojos, su bastón, sus sandalias, esa especie de vestido mágico, algo así como una túnica, nunca querrá contarnos qué les hizo la bruja, porque el es también brujo y tienen una especie de pacto secreto de brujos que nosotros los no brujos desconocemos, como también desconocemos las esposas que el policía está comprando en el comercio de policías, a ver, a ver que me falta.. unas esposas para los criminales que cada vez atrapo más, una linterna, unas rosquillas..

 Y ante la siesta que comienza, el carnaval de olores y colores no cesará, quizás transpire, quizás no, quizás ya estoy soñando, y es parte del sueño mis dudas sobre olores y colores, porque hoy a la tarde el disco que escuché me hizo sentir esas cosas que pasan cuando cerramos los ojos y hay música, con sintetizadores, piano y guitarra.. Aunque otra vez sea volver al laberinto oscuro, paredes de más de dos metros entrecruzándose adelante y atrás, pa´delante y pa´atrás, pa´delante y pa´tras, para adelante y para atrás..

 Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis, en la casa de Pinocho todos cuentan hasta ocho, pin uno, pin dos, pin tres, pin cuatro, pin cinco, pin seis, pin siete y Pinocho observa a los niños que juegan su juego, los observa detenidamente desde dentro de su casa rodante, a través de la nublada ventana, ellos están en el parque y no saben de que realmente existo, y que la historia que es contada de mí, vaya que es tan poco cierta, porque adoro aparecerme y que se sorprendan pobres criaturas pensando que soy bueno como en las películas, pero amo asesinar niños, descuartizarlos, y luego beber su sangre junto a mi amigo Drácula..
ya que juntos Piedra, Papel o Tijera: !Tijera! 

Maldita sea, ganasta esta vez Drácula, pero solo esta vez.

Hola amigos, en el próximo capítulo de hombres y niños y música brasilera con los señores brujos y los que no somos brujos pero alguna vez quisimos serlo, o al menos magos, les presentaremos la verdadera historia del gato con botas, amigo íntimo de Prometeo que a la vez es hijo de San Marcos, quien a la vez fue abuelo de Thomas Jefferson, quien a la vez fue a la escuela primaria junto a Pablo Picasso, quien tomó clases de guitarra con el Roña Castro y asistieron todos juntos al casamiento de la Mona Giménez con bandas en vivo: Los Terrá Terrá, Panderetas Locas, y Las Palmas de los Negros Bien Arriba.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Viejita tirá las cartas que hoy quiero milanesas

Es una carambola, una pelota que sale despedida desde la pierna de algún amigo hacia cualquier lado, sin rumbo fijo, aunque se vea verde en el horizonte con cielo celeste y nubes dibujadas bastante aisladas, una pelota con gajos negros y blancos, algo desgastada por algunos pibes que la miman en el potrero, la canchita de tierra, la tierra entorpeciendo la respiración mientras vas a tirar el centro exigido y pensás que no llegás, encima lo tenés que tirar con zurda y sos derecho, y tu madre haciéndose la tarotista en tu casa mientras jugás en el parque con la misma pelota que ahora intentas direccionar hacia el ángulo superior derecho de Marianito que siempre te las ataja todas.. Que hijo de puta Marianito..
 Esta carta señora, esta carta que acaba de elegir, es San Javier enojado con las víboras venenosas del señor Ostradamus, !Sí! !Acaso me ha escuchado bien! San Javier intentará guiarla por el sendero luminoso hacia la prosperidad, evitando que caiga en las oscuras tentaciones de la serpiente, pero tendrá que escuchar, tendrá que estar atenta a lo que suceda a su alrededor, con los oídos parados, no se aísle en su mundo, ábrase, esté dispuesta a vivir nuevas experiencias que sus mañanas vendrán con nuevas sonrisas y tal vez algún amor nuevo..
 Mi madre articula tan perfectamente cada una de sus palabras, parece que estudió astronomía toda su vida, y estas palabras nos hacen tan bien, nos hacen tan bien a todos aunque las llamemos mentiras..
  La clienta le da los cien pesos y vamos a comer rico esta noche, sin esa platita esa noche de la señora clienta eran solo fideos con manteca en la cena, que de chico cuando pateaba la pelota negra con gajos blancos, o la blanca con gajos negra, no me gustaban mucho la verdad los fideos con manteca, así que esos cien pesitos fueron las riquísimas milanesas con el limón y las papas fritas y yo contento con la televisión, los dibujitos y después la tarea, con la abuela obligándome a estudiar las tablas de memoria porque sino no me puedo levantar de la silla, y yo no quiero saber las tablas, quiero jugar, ir a ver Tom y Jerry, pero me grita, me sarandéa, me duele, aunque ella cree que me hace bien, que voy a ser matemático, que voy a tener un futuro, prosperidad, realizarme como persona en la vida, comprándome un auto, comprando una casa, teniendo una familia, una casa grande, un hermoso perro Golden con su pelo dorado reluciente y siempre llevando la correa como si se estuviera riéndo, pero como ahora estoy todo embarrado porque nos subimos al árbol descalzos con los pibes y superamos ese miedo a las alturas, al menos el miedo de esos cinco metros del árbol de la Agronomía, así, nos sentimos monos y soy tan feliz sintiéndome mono, porque nos cagamos de risa con los pibes después de las guitarreadas, de ser monos, aunque a la abuela siempre en el fondo le duela y quiera que sea matemático, mientras mamá le cura el mal de ojo a la nuera y le tira las cartas a otra clienta para que esta noche, esa noche, otra vez unas ricas milanesas con limón y..

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Panadería hogar

Son los colectivos que pasan por la avenida arrastrándose entre el sonido de lluvia y las frenadas con algunas bocinas, la panadería acá a la vuelta, la que descubrí hace unas horas cuando salí a caminar, pensé en comprar unas ricas facturas pero en casa mamá es diabética y comprar algo dulce que disfrutemos todos y no ella no está bien, por eso comprar facturas en la panadería que descubrí con la panadera un tanto anciana con el gorro ese blanco en la cabeza mientras servía amablemente a un cliente no me servirá a mi el día de hoy, o eso es lo que digo ahora, aunque quisiera ir y estar ahí dentro sin comprar nada, hasta tal vez en silencio sin decir buen día y que no sea tomado mi accionar como una falta de respeto, solamente estar ahí tranquilo como cuando uno se sienta en la mesa de un café o de una heladería esperando, escuchando a los clientes, analizándolos, imaginar sus vidas a través de sus ojos y por el gusto de facturas que llevan, porque ésta de pastelera está rica, sí, voy a llevar tres de crema pastelera, dos de membrillo, y un cañoncito con dulce de leche, porque ya compré el diario y ahora las facturas con el mate en casa mientras política, espectáculo y deportes jugarán en mi cabeza un rato, es lo que el señor canoso con bastón y alpargatas me cuenta porque logré estar dentro de la panadería sin ser visto por nadie, aunque si por mí mismo, estoy alado de la panadera anciana con gorro blanco como quería, lejos del ruido de los colectivos que pasan por la avenida arrastrándose entre el sonido de lluvia y las frenadas con algunas bocinas que se escuchan desde mi habitación, lejos del señor que me grita y se enoja y me ordena y !Ponete las pilas! !Usá la cabeza! !Ayer no hacía tanto calor para prender el aire acondicionado! esos gritos del señor fueron para mí, idiota, estúpido y hasta inservible, por eso estoy en la panadería ahora, es mi hogar ahora, aunque todavía esté en mi balcón escuchando los ruidos que provienen de la avenida, en otra realidad más profunda y sincera y transparente y tierna, estoy en la panadería con ese olorcito a pan recíen hecho y dulce y pobre mamá que es diabética y yo tan estúpido, aunque que rica que está la de crema pastelera.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Botón

Cuando decimos que estamos sin hacer nada productivo, decimos que estamos al divino botón, y tal vez nos reímos después, pero si nos ponemos a pensar un poquito, qué es estar al divino botón, primero tendremos que analizar que no todos los botones llevan la misma vida, siempre considerando al botón como tal desde el momento en que es finalizado en la fabrica, tal cual lo vemos nosotros, aunque nosotros nunca lo veremos tal cual lo ve lo máquina que lo inventó, tal vez la máquina ni pueda mirarlo, tal vez haya artesanos que inventen botones y ellos sí le dediquen más tiempo y hasta los conozcan un poco más, tal vez alguien pueda contar la historia de un botón perdido que se encontró en una excursión por ahí, seguramente alguien que podrá contarnos una historia similar tendrá que ser un abuelo porque les encanta hablar conmigo y contarme que ese día, cuando parecía que todo estaba perdido y su socio y confidente de tantos años lo traicionó, dejándolo sin una moneda para salir a enfrentar la vida, má que enfrentar la vida, unos pesos para comprar un poco de pan, entonces fue allí, en esa esquina de noche, junto a aquel cordón y aquel vino Luigi Bosca tan caro que una sola vez pudo probar, que vio al botón, y qué no decir de ese botón que pareció iluminarlo todo que estaba tan lúgubre y triste, fue el botón quien me miró tan de frente en ese maravilloso instante en el que pasó lo que estaba anhelando que sucediera hace tantos años, un 25 de enero de 1955 justo cuando.., perdón abuelo, me interrumpe para preguntarme mi nieto siempre tan ocurrente cuando estoy llegando al emotivo final, -"¿Habrá leche chocolatada que quiero merendar?"-

Tal vez, entendí bien, tal vez, entendí mal.

Tal vez, aunque no sea católico, cuando el señor me pidió que rece por el, entendí mal porque no soy católico, y contesté de una manera que el no esperaba, le dije que no rezo, mirándolo mientras se iba con su boina y su mirada esperando mi respuesta-saludo-despedida de cómo no señor claro que voy a rezar por usted, fue igual que decirle que no iba a hacer nada por el, y que nuestra conversación fue algo casual sin mucha importancia para lo que sigue de mi vida, cuando ambos entendimos que nada iba a ser igual y que nuestra conversación fluía al igual que una chata lleva en su parte trasera a unos viajeros con enormes sonrisas y el viento dándoles de frente volándoles las chapas, me di cuenta de ello, por eso, pensé que tal vez hubiera sido mejor contestarle que iba a rezar por el, aunque no sea católico, solamente para seguir decorando lo que fue una despedida tan espontánea y a la vez misteriosa y algo dulce como también amarga, como también lo fue el inicio de nuestra conversación, porque le contesté que no iba a rezar por el, que no creo en eso, porque al no ser católico, tal vez, entendí mal, tal vez entendí que me estaba pidiendo y hasta aconsejando que si le rezamos al señor Jesucristo las cosas van a mejorar y le voy a regalar paz, tranquilidad, armonía, felicidad y prosperidad, con mi rezo, tal vez, si hubiera entendido bien, hubiera pensado que nuestra conversación, fue haber rezado por el, y haberlo escuchado y que se haya convertido en estas letras es seguir rezándolo, pero no soy católico, que se le va a hacer, pucha che, se me vuela la boina, tal vez me pase por seguir teniendo conversaciones con jóvenes imaginarios en esta plaza como siempre me pasa y siempre se me vuela la boina.