domingo, 14 de diciembre de 2014

Somos caos y demonios, aunque soñamos con el viento

Una vez más
acaso será el viento que nos trajo hasta aquí
como suaves plumas
bien livianitos
tan a ritmo, vibrantes y en armonía
y con sonrisas
aunque también rojos de furia
y temblorosos y asustados
y felices y tristes
porque la dieta, lo sano
para ser movido por el viento, digo, vaya que fue sorprendente
la dieta, lo sano,
que esta manzana no,
está un poquito arenosa
es rica igual, de que me quejo
de qué me quejo señor jugo de naranja
si ahora estoy aquí por lo sano, y soy el viento
porque, que nos trajo, es un decir
viajamos juntos
todo compartido
soñando juntos, o en el sueño
o soñando juntos despiertos
o despiertos con los ojos bien abiertos, soñando
o soñando con los ojos cerrados, despiertos,

lo tuyo es mío, y lo mío es tuyo
señorita de jardín, con lindo delantal decía
lo tuyo es mío y lo mío es tuyo
a guardar, a guardar, cada cosa en su lugar
y ahora nuestro lugar es aquí
con la manzana,
las naranjas,
y el viento, que sueña y sueña
calesita de placita.

¿O fue aquella tortuga que no quisiste, la que besé?
fue fácil sacarla de la pecera
tan fácil como percibir su miedo
metiendo la cabecita tan para adentro
contrayéndose así como lo ves
tan fácil como entender nuestros miedos, mientras ella contrayéndose
y, ¿Después qué?
¿Dónde se posicionó aquella hoja, antes de que suceda?
Antes de todo esto con la tortuga
¿Y durante?
Es claro que una regla
una bien grande
de un metro
de las que no se consiguen en ninguna librería
no es la que nos permitirá...

la que nos permitirá...

mirar a través de la ventana el nuevo día
aunque día también es un decir
como la pecera,
la tortuga,
el viento,
el miedo,
el antes,
el después,
la regla,
vos,
yo,
demonios alentándonos desde el espejo,
con nuestros mismos ojos
misma cara
que parecido que es a mí señor demonio
hasta luego señor jugo de naranja,
hola señorita, buen día
ya guardo señorita,
¿Segura que mamá vendrá a buscarme hoy?
No quiero quedarme llorando, esperándola, hoy señorita no quiero.


Poque sacar a la tortuga de la pecera y asustarla
comentar un malestar para que alguien se preocupe
y no pedir un abrazo, pero siempre desearlo,
es parte de todo y todo también es nada
porque así es como es
usté vio.

lunes, 8 de diciembre de 2014

!Quiero el yogur frío maldita madre!

Cuando el yogur de frutilla no está del todo frío como quisiera le pego un grito a mamá que se hace oír bien fuerte y claro mi disgusto retumbando por toda la casa, ella sabe como me gusta tomar a mí el yogur, y más el de frutilla porque el otro día compró de vainilla y casi que rompo toda mi habitación del enojo, pero ella siempre llora mientras plancha y sigue trayéndome el vaso con yogur de frutilla bastante tibio, ya realmente no sé como manejar esta situación, he visto en los dibujitos como muchos niños valientes a los que sus madres tratan con comportamientos similarmente injustos, agarran una rama con una bolsita y a la calle con poca ropa, en donde seguramente muchos extraños aguarden impacientemente por obsequiarme yogur de frutilla frío, oh, que bello y enorme cuchillo señor extraño de tan intenso olor, ¿"Es para cortar el envase del yogur verdad"?, ¿"Y esa sonrisa endiablada significa que está feliz por servirme verdad"?

jueves, 4 de diciembre de 2014

Caníbal empantanado

Aunque ahora que estoy escribiendo, veo mis manos, las venas cubiertas por la piel, las uñas, el teclado, el mouse, la pantalla, también puedo contarles que veo un oscuro pantano de noche, con bichos cantando por doquier y un clima húmedo con calor, estoy transpirando y tengo sed, me siento incómodo pero enérgico, caminando a oscuras sin importarme lo que pueda sucederme en el siguiente paso, porque el vértigo y la energía que me recorrerá el cuerpo cuando el misterio cobre forma de una luz enceguecedora tan intensa como extraña o alguna presencia tan perturbadora como fantasmal es inminente e inevitable, y es ahí cuando mi pie derecho se hunde en lo que creo que es lodo, porque en tantas películas ha pasado y me es familiar lo que me pasa aunque ningún familiar me lo haya contado, pero lo vi en las películas y es ahora mi pie en el lodo sin miedo, hasta con una sonrisa, porque el lodo es el misterio y la energía y mi risa endiablada porque soy un caníbal que come gente y les hago creer que a veces me siento a escribir en frente de una computadora, que a veces soy el mismo caníbal imaginando que camino por un pantano, y a veces soy yo, soy la computadora, el misterio, el caníbal, el pantano, la banana que ese mono comió en el zoológico aquel día en que mamá no quiso comprarme el helado de chocolate, el chocolate derramado en el suéter beige de una tía que estaba enojada porque su grupo preferido no venía a tocar a su país, país que el señor de gafas no quiere porque dice que es una mierda mientras otro señor de gafas asiente enérgicamente, enérgicamente como mis manos, mis venas cubiertas por la piel, las uñas, el teclado y la pantalla que fueron un pantano y me convirtieron también en caníbal y después en tantas historias que ya creo haber olvidado.

Amenaza el mañana

Es que todo siempre es así, las cosas tan parecidas día tras día y uno pensando en cómo mañana podrá ser diferente, en que tal vez encuentre algún ingrediente nuevo para las ensaladas y descubrir un nuevo sabor para alentar al olfato y que no se sienta tan olvidado, porque hoy al oído le dije que sea agradecido, porque toda una tarde escuchando a los beatles, así que mañana será preparar una nueva ensalada, distinta a la de hoy, aunque no deja de ser una ensalada y también comida y volvemos a lo parecido del día tras día con las cosas pareciéndose a otras cosas y momentos tan iguales a viejos y futuros momentos que a veces llamamos dejavú, porque no encontramos otra definición, y después vienen las palabras en nuestra cabeza, que por qué el grito, que tal vez esa mirada estuvo de más, que la plata no alcanza pero no importa, que no importa pero tal vez tendría que importarme, que a las nueve viene el electricista a cambiar eso que no anda bien y que el finde tenemos que organizarnos bien porque queremos rajarnos a la mierda de esta ciudad que ya no se aguanta más con el mañana amenazando con parecerse tanto a hoy, aunque busquemos mil maneras para tratar de evitarlo, el mañana que también es tan hoy, ya se huele que no se va a aguantar, desde que el rojo del semáforo cambia de verde a amarillo, hasta el buen día hipócrita que la simple vecina le regala a la cheta de la esquina que pregunta si tiene que ir al campamento de su hijo en sandalias, porque ella quiere ir en tacos, porque el marido sabe que es tan shopping y comprar y comprar sin andar descalzos por el césped y oliendo las flores, pero qué importa, qué importa señora duquesa del Alba.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Pimpollo, tulín tulín, VOL. 1

Un cuento un día, habló de un hombre al que le decían cuento y vivía cuerdo, y otro cuento, otro día, contó la historia de un hombre al que le decían.., y murió cuerdo, ambos fueron cuerdos por escuchar música brasilera y fueron castigados por una bruja con consecuencias que el señor que estaba parado en esa esquina, con su larga barba blanca terminada en punta, sus anteojos, su bastón, sus sandalias, esa especie de vestido mágico, algo así como una túnica, nunca querrá contarnos qué les hizo la bruja, porque el es también brujo y tienen una especie de pacto secreto de brujos que nosotros los no brujos desconocemos, como también desconocemos las esposas que el policía está comprando en el comercio de policías, a ver, a ver que me falta.. unas esposas para los criminales que cada vez atrapo más, una linterna, unas rosquillas..

 Y ante la siesta que comienza, el carnaval de olores y colores no cesará, quizás transpire, quizás no, quizás ya estoy soñando, y es parte del sueño mis dudas sobre olores y colores, porque hoy a la tarde el disco que escuché me hizo sentir esas cosas que pasan cuando cerramos los ojos y hay música, con sintetizadores, piano y guitarra.. Aunque otra vez sea volver al laberinto oscuro, paredes de más de dos metros entrecruzándose adelante y atrás, pa´delante y pa´atrás, pa´delante y pa´tras, para adelante y para atrás..

 Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis, en la casa de Pinocho todos cuentan hasta ocho, pin uno, pin dos, pin tres, pin cuatro, pin cinco, pin seis, pin siete y Pinocho observa a los niños que juegan su juego, los observa detenidamente desde dentro de su casa rodante, a través de la nublada ventana, ellos están en el parque y no saben de que realmente existo, y que la historia que es contada de mí, vaya que es tan poco cierta, porque adoro aparecerme y que se sorprendan pobres criaturas pensando que soy bueno como en las películas, pero amo asesinar niños, descuartizarlos, y luego beber su sangre junto a mi amigo Drácula..
ya que juntos Piedra, Papel o Tijera: !Tijera! 

Maldita sea, ganasta esta vez Drácula, pero solo esta vez.

Hola amigos, en el próximo capítulo de hombres y niños y música brasilera con los señores brujos y los que no somos brujos pero alguna vez quisimos serlo, o al menos magos, les presentaremos la verdadera historia del gato con botas, amigo íntimo de Prometeo que a la vez es hijo de San Marcos, quien a la vez fue abuelo de Thomas Jefferson, quien a la vez fue a la escuela primaria junto a Pablo Picasso, quien tomó clases de guitarra con el Roña Castro y asistieron todos juntos al casamiento de la Mona Giménez con bandas en vivo: Los Terrá Terrá, Panderetas Locas, y Las Palmas de los Negros Bien Arriba.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Viejita tirá las cartas que hoy quiero milanesas

Es una carambola, una pelota que sale despedida desde la pierna de algún amigo hacia cualquier lado, sin rumbo fijo, aunque se vea verde en el horizonte con cielo celeste y nubes dibujadas bastante aisladas, una pelota con gajos negros y blancos, algo desgastada por algunos pibes que la miman en el potrero, la canchita de tierra, la tierra entorpeciendo la respiración mientras vas a tirar el centro exigido y pensás que no llegás, encima lo tenés que tirar con zurda y sos derecho, y tu madre haciéndose la tarotista en tu casa mientras jugás en el parque con la misma pelota que ahora intentas direccionar hacia el ángulo superior derecho de Marianito que siempre te las ataja todas.. Que hijo de puta Marianito..
 Esta carta señora, esta carta que acaba de elegir, es San Javier enojado con las víboras venenosas del señor Ostradamus, !Sí! !Acaso me ha escuchado bien! San Javier intentará guiarla por el sendero luminoso hacia la prosperidad, evitando que caiga en las oscuras tentaciones de la serpiente, pero tendrá que escuchar, tendrá que estar atenta a lo que suceda a su alrededor, con los oídos parados, no se aísle en su mundo, ábrase, esté dispuesta a vivir nuevas experiencias que sus mañanas vendrán con nuevas sonrisas y tal vez algún amor nuevo..
 Mi madre articula tan perfectamente cada una de sus palabras, parece que estudió astronomía toda su vida, y estas palabras nos hacen tan bien, nos hacen tan bien a todos aunque las llamemos mentiras..
  La clienta le da los cien pesos y vamos a comer rico esta noche, sin esa platita esa noche de la señora clienta eran solo fideos con manteca en la cena, que de chico cuando pateaba la pelota negra con gajos blancos, o la blanca con gajos negra, no me gustaban mucho la verdad los fideos con manteca, así que esos cien pesitos fueron las riquísimas milanesas con el limón y las papas fritas y yo contento con la televisión, los dibujitos y después la tarea, con la abuela obligándome a estudiar las tablas de memoria porque sino no me puedo levantar de la silla, y yo no quiero saber las tablas, quiero jugar, ir a ver Tom y Jerry, pero me grita, me sarandéa, me duele, aunque ella cree que me hace bien, que voy a ser matemático, que voy a tener un futuro, prosperidad, realizarme como persona en la vida, comprándome un auto, comprando una casa, teniendo una familia, una casa grande, un hermoso perro Golden con su pelo dorado reluciente y siempre llevando la correa como si se estuviera riéndo, pero como ahora estoy todo embarrado porque nos subimos al árbol descalzos con los pibes y superamos ese miedo a las alturas, al menos el miedo de esos cinco metros del árbol de la Agronomía, así, nos sentimos monos y soy tan feliz sintiéndome mono, porque nos cagamos de risa con los pibes después de las guitarreadas, de ser monos, aunque a la abuela siempre en el fondo le duela y quiera que sea matemático, mientras mamá le cura el mal de ojo a la nuera y le tira las cartas a otra clienta para que esta noche, esa noche, otra vez unas ricas milanesas con limón y..

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Panadería hogar

Son los colectivos que pasan por la avenida arrastrándose entre el sonido de lluvia y las frenadas con algunas bocinas, la panadería acá a la vuelta, la que descubrí hace unas horas cuando salí a caminar, pensé en comprar unas ricas facturas pero en casa mamá es diabética y comprar algo dulce que disfrutemos todos y no ella no está bien, por eso comprar facturas en la panadería que descubrí con la panadera un tanto anciana con el gorro ese blanco en la cabeza mientras servía amablemente a un cliente no me servirá a mi el día de hoy, o eso es lo que digo ahora, aunque quisiera ir y estar ahí dentro sin comprar nada, hasta tal vez en silencio sin decir buen día y que no sea tomado mi accionar como una falta de respeto, solamente estar ahí tranquilo como cuando uno se sienta en la mesa de un café o de una heladería esperando, escuchando a los clientes, analizándolos, imaginar sus vidas a través de sus ojos y por el gusto de facturas que llevan, porque ésta de pastelera está rica, sí, voy a llevar tres de crema pastelera, dos de membrillo, y un cañoncito con dulce de leche, porque ya compré el diario y ahora las facturas con el mate en casa mientras política, espectáculo y deportes jugarán en mi cabeza un rato, es lo que el señor canoso con bastón y alpargatas me cuenta porque logré estar dentro de la panadería sin ser visto por nadie, aunque si por mí mismo, estoy alado de la panadera anciana con gorro blanco como quería, lejos del ruido de los colectivos que pasan por la avenida arrastrándose entre el sonido de lluvia y las frenadas con algunas bocinas que se escuchan desde mi habitación, lejos del señor que me grita y se enoja y me ordena y !Ponete las pilas! !Usá la cabeza! !Ayer no hacía tanto calor para prender el aire acondicionado! esos gritos del señor fueron para mí, idiota, estúpido y hasta inservible, por eso estoy en la panadería ahora, es mi hogar ahora, aunque todavía esté en mi balcón escuchando los ruidos que provienen de la avenida, en otra realidad más profunda y sincera y transparente y tierna, estoy en la panadería con ese olorcito a pan recíen hecho y dulce y pobre mamá que es diabética y yo tan estúpido, aunque que rica que está la de crema pastelera.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Botón

Cuando decimos que estamos sin hacer nada productivo, decimos que estamos al divino botón, y tal vez nos reímos después, pero si nos ponemos a pensar un poquito, qué es estar al divino botón, primero tendremos que analizar que no todos los botones llevan la misma vida, siempre considerando al botón como tal desde el momento en que es finalizado en la fabrica, tal cual lo vemos nosotros, aunque nosotros nunca lo veremos tal cual lo ve lo máquina que lo inventó, tal vez la máquina ni pueda mirarlo, tal vez haya artesanos que inventen botones y ellos sí le dediquen más tiempo y hasta los conozcan un poco más, tal vez alguien pueda contar la historia de un botón perdido que se encontró en una excursión por ahí, seguramente alguien que podrá contarnos una historia similar tendrá que ser un abuelo porque les encanta hablar conmigo y contarme que ese día, cuando parecía que todo estaba perdido y su socio y confidente de tantos años lo traicionó, dejándolo sin una moneda para salir a enfrentar la vida, má que enfrentar la vida, unos pesos para comprar un poco de pan, entonces fue allí, en esa esquina de noche, junto a aquel cordón y aquel vino Luigi Bosca tan caro que una sola vez pudo probar, que vio al botón, y qué no decir de ese botón que pareció iluminarlo todo que estaba tan lúgubre y triste, fue el botón quien me miró tan de frente en ese maravilloso instante en el que pasó lo que estaba anhelando que sucediera hace tantos años, un 25 de enero de 1955 justo cuando.., perdón abuelo, me interrumpe para preguntarme mi nieto siempre tan ocurrente cuando estoy llegando al emotivo final, -"¿Habrá leche chocolatada que quiero merendar?"-

Tal vez, entendí bien, tal vez, entendí mal.

Tal vez, aunque no sea católico, cuando el señor me pidió que rece por el, entendí mal porque no soy católico, y contesté de una manera que el no esperaba, le dije que no rezo, mirándolo mientras se iba con su boina y su mirada esperando mi respuesta-saludo-despedida de cómo no señor claro que voy a rezar por usted, fue igual que decirle que no iba a hacer nada por el, y que nuestra conversación fue algo casual sin mucha importancia para lo que sigue de mi vida, cuando ambos entendimos que nada iba a ser igual y que nuestra conversación fluía al igual que una chata lleva en su parte trasera a unos viajeros con enormes sonrisas y el viento dándoles de frente volándoles las chapas, me di cuenta de ello, por eso, pensé que tal vez hubiera sido mejor contestarle que iba a rezar por el, aunque no sea católico, solamente para seguir decorando lo que fue una despedida tan espontánea y a la vez misteriosa y algo dulce como también amarga, como también lo fue el inicio de nuestra conversación, porque le contesté que no iba a rezar por el, que no creo en eso, porque al no ser católico, tal vez, entendí mal, tal vez entendí que me estaba pidiendo y hasta aconsejando que si le rezamos al señor Jesucristo las cosas van a mejorar y le voy a regalar paz, tranquilidad, armonía, felicidad y prosperidad, con mi rezo, tal vez, si hubiera entendido bien, hubiera pensado que nuestra conversación, fue haber rezado por el, y haberlo escuchado y que se haya convertido en estas letras es seguir rezándolo, pero no soy católico, que se le va a hacer, pucha che, se me vuela la boina, tal vez me pase por seguir teniendo conversaciones con jóvenes imaginarios en esta plaza como siempre me pasa y siempre se me vuela la boina.

jueves, 30 de octubre de 2014

Nubes de señora

Si las cosas que me estás diciendo son ciertas podría creerte, pero no me interesa averiguar si lo que dices es cierto porque cuando empiezas a hablar ya no eres tú, son las nubes quienes cuentan su verdad ante mi y a ellas sí, definitivamente a ellas sí elijo creerles mientras sigues hablando con palabras que no tienen ningún significado para mí y hasta las siento molestas porque las nubes parecen pedir absoluto silencio, lo que mis ojos están proyectando en el cielo ya me es tan habitualmente irreal que antes me asustaba pero hoy en día, hoy en día señora le puedo decir mientras lo único que percibo de usted es su voz de queja, que aquí hay una demasiado espumosa, hoy son todas espumosas en el cielo-mantel celeste, alguien abrió un yampán allí arriba porque de seguro se están divirtiendo y la espuma se dispersó en el enorme mantel a varias direcciones donde nubes espumosas y hermosas ahora son.
 Volvamos a tierra y vamos a tratar de que las quejas de la señora signifiquen algo para mí en esta tarde de yampán celestial creando nubes espumosas, porque sino me voy a tener que creer la verdad de que en realidad no estoy en la calle observando las nubes mientras una señora me está hablando y no la estoy escuchando y hasta me es molesta, sino que estoy en mi cama durmiendo soñando todo esto, o tal vez todo sea parte de la verdad de la señora que como no tiene con quien hablar sabe que soy su mejor amigo imaginario, que a veces la escucha, otras veces me cuelgo mirando pa´arriba pero siempre la acompaño cuando hace las compras y lleva la bolsa pesada de aquí pa´allá porque lamentablemente no hay ningún jovencillo generoso que la ayuda a mi creadora en este barrio de gente mala y chusma y cuánto calor que hace, el colectivo no llega y mi amigo imaginario no sirve ni para llevarme las bolsas.
 La señora se duerme, el hombre que la soñó junto a su amigo imaginario se levanta y se viste apresuradamente para salir a la calle sin desayunar para mirar el cielo, en la puerta de su casa, una señora le está hablando sobre lo feo que está el tiempo.

lunes, 20 de octubre de 2014

En qué lío volcánico te haz metido

Es exactamente lava volcánica lo que ves ante tus ojos ahí nomás, a unos cuantos metros si lo sigues con la mirada podrás darte cuenta del ínfimo tramo que te separa del océano inmenso de sangre terrestre, sientes algo de miedo porque estás solo y es normal, piensas que si estuvieras con alguien más podrías intentar poner palabras a lo que está sucediendo y así calmarse un poco, o tal vez todo se torne peor y sin control y mucho más desesperado hasta el hecho de llegar a pensar que tirarse a nadar en la lava no es una tan mala idea porque !si no tenemos miedo podemos controlar el calor! quien sabe, tal vez sea cierto, pero nadie está contigo y la idea de tirarse a nadar no te es familiar, entonces te acuerdas que hace tan solo unas horas, antes de encontrarte en este desierto rojizo cubierto de lava con una luna uña arriba, estabas sentado sobre el inodoro leyendo el diario, analizando el funcionamiento de un motor de una moto que te querés comprar para salir a correr y que las líneas blancas verticales de la calle que están separadas se conviertan en una sola, y a los costados no haya casas, ni negocios, ni edificios, que sea como una pared continua llena de luces y las líneas blancas separadas sean una sola tan larga como interminable y frenética con el viento pegando de frente en la velocidad de 220 kilómetros por hora sobre la motocicleta, las vacaciones estrambóticas que te haz tomado te han llevado a no comprarte la moto, pero no perdiste la oportunidad de alquilar ese cuatriciclo en la tienda de alquileres de cuatriciclos porque había una rubia hermosa que querías ver de dónde era, porque si alemana o inglesa seguro te entendería y el departamento después, sin embargo te atendió un africano de 2 metros lleno de oro, tan pelado con su dientes blanquísimos que te obnubilaron, te dejaron ciego, confundido y decidiste escapar con el cuatriciclo y ahora mirá en que lío te metiste cubierto de lava volcánica, solo, con el bicho enorme de cuatro ruedas consumiéndose lentamente por el calor infernal de la sangra terrestre y maldita sea la moto que no me pude comprar para venir a este país tan desconocido en el mundo lleno de negros altos que me dejan ciego y esta sangre que es tan parecida a la que corre por mis venas aunque sin embargo está llena de burbujas y sale tanto humo que es distinto y eso asusta porque en las películas esto nunca termina bien, tendría que buscar un árbol, una palmera, subir hasta la cima, agarrarme con ambas manos y ambas piernas y esperar que la lava vaya consumiendo lentamente primero el tronco, luego las manos del árbol, y por último a mí, que no soy negro alto de dos metros y no puedo soportar tanto calor, pero sin embargo me subiré y esperaré y tal vez me salve y mañana pueda volver a mi casa a comprarme la moto, o a escuchar un cd de Herbie Hancock.

martes, 14 de octubre de 2014

Se llama "Furgona" y tu abuela bruja

Mientras ando en mi bici que quiero tanto que está toda despintada y se llama Furgona, porque un día yendo para Retiro en tren, a sacar otros pasajes de tren, para hacer un viaje hacia lugares mucho más puros que en el que me encuentro ahora, hablé con una chica que me dijo que su bici se llamaba Cleta, y reflexionamos juntos en que la mía, a la que ya he dicho cuanto la quiero, no tiene nombre, y es cuando le pongo nombre a las cosas que las empiezo a querer más, y hasta dejan de ser "cosas" y pasan a ser seres con identidad y personalidad que tanto me gusta andar por la calle sobre Furgona, sus chirridos en medio de la noche son tan acogedores, la chica que está en bicicleta adelante mío lleva puesta una mochila y maneja con una sola mano ya que en la otra lleva una escoba, la siento tan curiosa que acelero un poquito la velocidad y quedo a la par, la miro y le comento mi extrañeza ante la situación de verla manejando la bici con la escoba en su mano izquierda, -¿Por qué te es extraño verme manejando con una escoba en la mano, y no te es extraño que en vez de una escoba no esté llevando una pala para recoger las hojas muertas de este mundo enfermo?- Debo admitir que su respuesta me descolocó un poco, no del todo porque yo había pensado anteriormente en preguntarle que hubiera sido mucho más tierno, verla llevando una pala, pero esa pala, pensé yo, hubiera servido para asustar algunas hormigas haciéndoles creer que las aplastaríamos con ella, hacerse un poquito el malo con la pala asustando a las pobres hormigas aunque sabiendo que en el fondo nos gusta verlas caminar tan trabajadoras y sorprendernos que levantan tanto peso en esas hojas. -¿Por qué estás corriendo alado mío? ¿Si sabías que ibas a encontrarme en medio de esta noche, con mi escoba que era de mi abuela bruja, por qué no viniste en bicicleta a hacerme compañía?- Sus preguntas fueron un cachetazo que me devolvió a la realidad en la que estoy corriendo alado de Juliana, que tonto fui al pensar que le podía hacer creer que estaba andando en bicicleta, al salir de casa y pensar en el episodio del tren, cuando la bauticé con el nombre que lleva hoy en día, Furgona, realmente creí que al encontrarme a Juliana con su escoba, mis pensamientos y mi manera de correr tan bicicleta, iban a mostrarme ante sus ojos arriba de Furgona, pero no fue así y otra vez la pala jugando con las hormigas, y la escoba de su abuela, llevando a su abuela de paseo cerca de las estrellas, chau rascacielos y hola montañas, que abuela tan bruja soy volando, hoy no preparé nada en mi caldera, me siento mal por eso, le puse nombre a mi caldera, se llama Chorrarona, y la quiero tanto que me siento culpable por no haberla sentido hoy, a mi pobre Chorrarona.

miércoles, 8 de octubre de 2014

La mariposa se hizo sopa

Sonó el timbre en el departamento con sabor a palo santo y con el sonido de cascadas artificiales del séptimo piso en el barrio de Olivos, se hizo escuchar suavemente en los oídos de la pareja, como todo lo que encubría sus vidas desde que se conocieron y decidieron que así tenían que vivir, el francés la miró a Julieta con cara de cansado porque era de noche y dale andá vos, ella le sonrió con complicidad y baja las escaleras con la luz apagada y con los ojos cerrados pensando en mariposas de colores hermosos, aire frío lleno de vida danzando en sus narices y una cascada no tan lejos abanicándose en sus oídos, ella corriendo, ella volando y sonriendo, Julieta mariposa de colores y el francés cansado. Cuando llegó a la puerta de calle, un pibe la mira tan extrañado, le entrega el esperado paquete y gracias por traerme la comida querido, ¿Cuánta propina querés? El pibe no sale de su asombro y agacha la cabeza sin contestar, con una sonrisa tímida formándose instintivamente en su moreno rostro, ella le da un gran tierno abrazo, una ostentosa propina y sube con el paquete tan feliz porque ahora otra vez mariposa, el pibe, nunca la olvidará y se peleará con sus compañeros de laburo para llevarle siempre los pedidos, -!A la casa de la loca voy yo!- le molestaba llamarla así, pero así era como la habían etiquetado sus malvados compañeros, que reían insensiblemente ante su pedido porque pensaban que pobre Marianito, está engatuzado con la loca que alguna brujería seguro le hizo para dejarlo así de colifa, pero claro, si a ellos no les dio ese abrazo, nunca me entenderán.
 Julieta inicia la subida tan mariposa hacia el departamento donde la espera el francés exhausto, aunque ella se enamoró de quien supo ser sapo y le encantaba bajar a buscar los pedidos con la luz apagada, aunque ahora ya hace tiempo que no es sapo y ya no pelean por ver quién es el que baja a buscar los pedidos para ser sapo o mariposa, el francés dejó de ser sapo y ella no entiende por qué, encima me acuerdo cuando íbamos juntos tan sapo y mariposa que viajábamos a donde queríamos, plazas, montañas, ríos, glaciares, bosques, senderos, botes, barcos, pueblos fantasmas, pero ahora tengo que abrir el paquete, que tendría que ser nuestra cena pero no, es una horrible bomba, alguien nos tendió una extraña jugarreta, deben ser envidiosos que no se aguantan a esta loca linda, je, pero bueno, la bomba es una buena excusa para que volvamos a bajar juntos con la luz apagada y volémos como antes, aunque ahora es ir hacia algo parecido a una guerra porque se nos están despedazando las partes del cuerpo a causa del estallido y el fuego y el humo, las ruinas del edificio, y ahora, yo mariposa, él sapo, en el cielo, viendo una película de Darín comiendo frutillas sin crema, pero muy ricas por cierto.

sábado, 4 de octubre de 2014

Chau intendente

!Por favor abuela bajá el volumen de la televisión que quiero leer abuela por favor! La voz del conductor del programa, muy afligido por la noticia que está transmitiendo con su corbata y su pelo corto con algunas canas, con la música de fondo que siembra misterio mientras las cámaras que filman todo lo que está pasando en el piso, sostenidas por José y Mario que se miran cansados, hoy les tocó estar todo el día filmando, hubo programación especial en la grilla del canal porque murió un intendente del gobierno, y el noticiero debe extenderse en el horario ya que todos los televidentes tendrán que fascinarse desde el otro lado escuchando a la tía y a un político del partido opositor dolido por la situación pero aclarando que la muerte no debe ser situación meritoria para sumirse en la falsedad y decir que el intendente de Ramos Mejía hizo todo bien, no, a pesar de que murió, y recalcar que fue un gran padre de familia. hay que recalcar que en su gobierno hay muchos casos de corrupción y lavado de dinero que el pueblo quiere saber la verdad.
 -Son las nueve y media Mario, ¿Cuánto hace nos trajieron los sanguchitos de miga?
Mario lo mira a José, muy cansado, sosteniendo la cámara, ambos sostienen la cámara y se miran hambrientos y piensan si el noticiero va a continuar en el aire mucho tiempo más, porque las esposas ya están desconfiando de por qué llegan tan tarde, !Y abuela bajá la televisión que quiero leer!

martes, 30 de septiembre de 2014

El baño de los mundos

Hace un poquito de frío en invierno cuando te tenés que ir a bañar y entra el chiflete por la ventanita, porque a quién no le gusta que se forme el vapor de agua casi que hierve, pero con la ventanita abierta porque sino como que falta un poquito el aire y ya más que un baño parece un sauna, ¿El agua no está demasiado caliente? Pienso mientras el agua me cae por todo el cuerpo y estoy inmóvil, sin proceder en el acto rutinario de bañarme, con el jabón en la mano derecha mirando la pared, aunque en realidad mis ojos apunten hacia la pared, ese momento en el que lo que ves, no coincide con lo que tus ojos están apuntando, es decir, la pared, sino que estás viendo lo que estás pensando, y al pensar en si el agua está demasiado caliente, me veo a mí, bañándome con agua menos caliente en otro mundo, en el mundo que veo lo que pienso, en mi baño no solamente no me estoy bañando en una bañadera común y corriente como las que conocemos en la civilización actual y en cualquier baño de cualquier familia común de Villa Pueyrredón, sino que además estoy subido al lomo de un gigantesco perros Golden, con su lengua de costado salivando de aquí para allá, al ritmo de tambores que son tocados por negros desde otros tiempos, desde otros lamentos tan profundos y entrañables como la mismísima garganta roja y fogoza del universo infinito circundante, viajando hacia adelante con el viento zumbando en mis oídos y aireando los pulmones, adelante está la presa, jugosa, fresca, rica, audaz, elegante, puedo divisarla apenas porque junto con el golden estamos cansados y tenemos tanta sed en el desierto arenoso lleno de enormes cactus y calor infernal, así que ahora instantáneamente llueve por eso siento las gotas aplastando todo mi pelo grasiento y resbalando por todo mi ser, primero por la nuca, los hombros, la espalda, las nalgas, los muslos, los deditos de los pies, y por fin desembocan en un río casi seco que es el piso de mi bañadera.
 Y ahí está la rendija y quién sabe que pasa más allá, y ahora es mover un poquito la manija de agua caliente en este mundo, donde vuelvo a ver lo que mis ojos apuntan, la pared del baño con sus dibujos de jazmines violetas en cada zócalo, y me acuerdo que todavía me confundo la manija del agua fría con la caliente, ay pero que zonzo zorro no te lo lleves soy.
 Al mover la manija de agua caliente, así un poquito más tibia para que se vaya un poquito el vapor que ya me está asfixiando, ahora sí está a punto caramelo, chocolate con almendras y ron añejo, ahora puedo cerrar la ventanita y que se vaya el chiflete con el frío que me estaba recorriendo heladamente todas las partes del cuerpo que nombré mojadas,  y es disfrutar del agua tibia, porque la verdad, es que soy un poquito sucio, es lunes a la tarde y no me baño hace como nueve días, sin contar las heladas correntinas de San Borombón y el Padre Jorge jugando al dominó.
 Me acuerdo cuando era un nene y mi imaginación me hacía más feliz, aunque también un poquito más triste, cuando cerraba las canillas, ya no más lluvia, y me quedaba horas en la bañadera rebalsada, recostado agarrando juguetes y el barquito de madera con bandera pirata  manipulado por mi mano derecha que ahora navega desde las orillas de mi rodilla derecha hasta las costas espumosas de mi panza con algunos soldaditos que viajan contentos porque comieron mucho pan en el almuerzo, puede apreciarse la sonrisa en los rostros de los soldaditos verdes de juguete, panza llena corazón contento, y quieren llegar a mi cabeza para invadirla, porque allí, ellos creen que está el oro, el centro de una gran ciudad milenaria perdida, porque de niño era un océano, era una civilización completa y despareja, no un simple río que dice conocerse pero teme conocer el futuro de más allá de la rendija.
 No soy tan zonzo zorro no me lleves, mi cabeza no está tan desprotegida porque un autito rojo, modelo escarabajo, marrón, la protege la cabeza junto a una barbi tan rubia y elegante con su vestido ahora todo mojadito y rosa con lunares blancos.
 Decidí ir corriendo a buscar algunos juguetes que tiene mi hijo en su bellísimo cofre de mimbre, y ahora estoy jugando en la bañadera casi llena de agua que está por rebalsar porque volví corriendo con Buzz Lightyear gritando que queremos llegar al infinito y más allá desde la coronilla de mi cabeza, manipulado por mi mano izquierda, y en mi pierna Goku nandando tan feliz porque un pato de hule le cuenta lo bien que le hace nadar a su salud, porque está tranquilo y están charlando imaginándose en otra bañadera de otro color, ahora ellos viajan al otro mundo, nadando alado de los pies del hombre que podría ser yo, pero es otra carne en nuestro sistema paralelo, escuchando las locuras de Buzz desde la coronilla de su cabeza, escuchando que quiere llegar lejos y más allá, y los dedos de los pies del hombre acariciando los juguetes mientras nadan y sé que Goku está embobado con la barbi que está tan distraída allá en la esquina, con esos hermosos ojos celestes, esas pestañas patas de araña todavía viva, esa ropita rosa con lunares blancos toda mojadita y apretadita, esa tanguita de leopardo..

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Bar de vampiros

Sentarse en la mesa del café de la esquina es una sana costumbre, no sé si será que todos sabemos que los mozos son vampiros y sospechamos fuertemente que se divierten vertiendo sangre humana en nuestras copas de vino, o que se ríen de los clientes, de los mortales que sienten tanto miedo cuando la enfermera viene con la vacuna a sacarles sangre y ay que dolor, la enfermera extrayendo lo que los mozos vampiros del café desean tanto.
 La legislación del pueblo es clara, ser vampiro no es ilegal, lo que sí, deben tener un empleo formal y estar registrados para que se les suministre la cantidad de sangre necesaria para saciar su sed, pueden elegir entre sangre de vagabundos y delincuentes así no andan asesinando gente inocente por ahí.
 Yo soy miembro de un club selectivo, en donde nosotros, los socios, saciamos nuestra sed con la sangre de vampiros trabajadores registrados, como los que trabajan en el café en el que me encuentro, observando a mi próxima victima que en este momento está limpiando mi meza con un trapo amarillo y que lindo cuello, que prominentes venas, que jugosa tentación observar al vampiro trabajador que en horas asesinaré y compartiré con los miembros del club.

En la tele del chino

Si salto el charco que está en este sendero de barro, en una pata, no lo logro, me caigo y me rompo una pata llorando desconsoladamente, seré tan feliz que los bichos vendrán de todos sus escondites a felicitarme por realizar semejante hazaña y el barro me maquillará en la cara y en todo el cuerpo y serán como tatuajes de barro, seré un indio preparado para ir a batallar, defender a mi tribu con la lanza y el taparrabo porque debo cazar un búfalo y darle de comer a mis hijos y besar las dulces y cálidas mejillas de Carinéa y ser feliz.
 Cuando los bichos bolitas, arañas, gusanitos y hormigas se fusionan con el barro en mi cuerpo me siento embriagado por una energía inexplicable desconocida hasta entonces, que me permitió asesinar y despellejar al búfalo sin inconveniente alguno aunque tenga una pata rota, y ahora son las mejillas y los niños saciando su hambre lo que me reconforta de tal manera que comienzo a llorar porque la china me está devolviendo el vuelto en caramelos y lleva una remera con la imagen de otra china tan parecida a ella mientras en la televisión del supermercado hay un documental sobre un indio cazador pintado con barro y bichos, usa taparrabos y está luchando ferozmente con una pata rota contra un búfalo mientras su dulce Carinéa lo espera.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Tan lobo y princesa

Buenas noches princesa,
Es tan deseoso de mi parte besarla hasta la aparición del alba
¿Me concederá tal divino capricho y a la vez natural?

Mmm.. es que no sé si mi madre, la reina santa, querrá..
además llevas un aspecto muy salvaje, como de lobo feroz.

¿De véras crees en los lobos feroces?
!Demonios! ¿Cuántos años tienes?

Quince, me contestó largando una risita dulce e inocente como el alba que se venía,
luego la princesa besó al lobo por ser tan lobo y ella por ser tan princesa.




domingo, 14 de septiembre de 2014

!En los caminos!

Todo sucedió con el que está meando ahora en el baño y habla con otro que está haciendo lo mismo a su lado, te dije que Carolina es una boluda, eso le dice al que tiene pantalones largos y lo está escuchando aunque al preguntarle por Cintia parece no importarle la relación de su compañero con Carolina porque el pregunta por Cinthia, cuánto hace que no la vemos a Cinthia, hay que invitarla a alguna de las previas, y se ríen mientras callan porque ambos piensan en qué linda que es Cinthia, con esa mirada que los mira y ellos sin poder hacer nada, con su piel morena y todo eso que los vuelve tan vulnerables ante ella, pensando en dónde estará ahora y porqué no está con nosotros mirándonos así no tenemos que hablar de Carolina, mientras se van del baño cerrando la puerta de un golpazo y yo aquí sentado sobre el inodoro, desde el otro lado, escuchando a los curiosos seres que me visitan, ahora es un !hoy la rompemos! Acordáte de llamar a Nati para que venga con las amigas que hay una rubia que está re buena y creo que me tiene ganas, me aburro de escuchar siempre los mismos temas de conversación y dejo de prestarle atención a los nuevos visitantes, porque observo detenidamente la puerta que me mira de frente, celeste con la manija gris, puesta de una manera que les permite a "los del otro lado" verme los pies y yo no puedo ver nada de los visitantes que están del otro lado, sentado sobre el inodoro, alejándome repentinamente de cualquier contacto con el baño al cerrar los ojos, en el fondo de un mar, lleno serpientes amarillas y rojas acechándome por todas lados con sus lenguas y sus ojos clavados en mí mientras giro sobre mí mismo, doy vueltas y me mareo y todo cambia de color negro, desde un gris y verde mezclándose y cambiando en una paleta de colores que originan nuevas formas de entender el universo circundante a través de ahuyidos y relámpagos de este mar que me atrapa y me condena dando vueltas mientras giro sobre mi eje con las serpientes queriéndome comer todo mojado en el mar mientras pierdo mucha sangre.
 !Yo sé que puedo cumplir todas mis promesas!, tararéa el nuevo visitante mientras se lava las manos, con voz grave pero suave y tierna, !en los caminos que juntos andarémos! tarareando aunque ahora cambia totalmente la voz y es como un grito de miedo en una noche oscura y fría retumbando en mis oídos incesantemente con oscura frivolidad, !en los caminos! !en los caminos! !en los caminos! se siente el eco desde cada rincón del baño y es todo tan insoportable en mi cabeza !en los caminos! !en los caminos! es perder cualquier tipo de tranquilidad, volverse loco, no aguantarse el insoportable eco de !en los caminos! !en los caminos! con esa voz que en un momento fue suave y tierna y ahora es la de un demonio con tanto eco que querés estallar y romper todo, es cuando salgo disparado del inodoro y atravieso la puerta rompiéndola en mil pedazos chocando contra el engendro que no para de gritar, pegándole puñetazos con tanta rabia en la cara y en el estómago para que deje gritar y de atormentarme, me resbalo, dejo de golperarlo y caigo perdiendo totalmente el control de mí mismo sobre el piso, me incorporo rápidamente y salgo corriendo del baño sintiendo mi sangre recorriendo todo mi cuerpo, chorreando sobre lastimaduras que me hice porque me estoy cortando con estas plantas que tienen enormes y filosos pinches que me cortan  sin piedad y me arde tanto, ahora el laberinto lleno de plantas con pinches y a ambos lados las serpientes que estaban en el mar, acechándome !en los caminos! !en los caminos! !en los caminos! cada cortadura que me propician dulcemente estas maravillosas plantas hacen que la sangre salga de mi piel provocándome una risa placentera por apreciar la sangre sobre mi piel y las bellas serpientes de colores amarillo y rojo que me quieren comer, que linda que es roja tan rara la sangre sobre mi piel y como me recorre el cuerpo que está casi lleno de este rojo tan raro mezclándose sangre y sudor, guiándome armoniosamente en mi visita recurrente !en los caminos! !en los caminos! !en los caminos!

jueves, 11 de septiembre de 2014

Seré paloma

En los matorrales del pueblo de Orion, en un sendero muy bien parecido, tus mejillas cortadas por enredaderas envenenadas con pócimas egoístas, culpa de seres que desconocen el hermoso sentimiento de andar descalzos y desnudos, te han estropeado tus dulces morenas mejillas mientras tu dulce voz es aroma de flores con sabor a vainilla, mientras lloras y !pum! !sácate! enredaderas en tus mejillas corriendo la sangre tan roja y que mal me siento al verte así tan lastimada imaginando tus futuras cicatrices, te diriges desconsolada hacia tu oscuro laberinto, lejos del hermoso matorral tan verde y lleno de luz que nos abraza, te diriges hacia la húmeda habitación donde habitan fantasmas con quien solo tu hablas porque les haz demostrado que no les tienes miedo y que simplemente sabes jugar a pesar de tus futuras cicatrices y yo que no puedo hacer nada más que tratar de convertirme en paloma y ya se qué pasará porque todo es gracias a tu voz floral de vainilla.
 Son las bebidas conocidas por señoras de buena cartera en escaleras mecánicas, las que beben los fantasmas sentados en tu tan redonda mesa llena de migajas de pan, no te gustan esas bebidas pero respetas el gusto de tus invitados.
 !Oh mis queridas palomas de Gea! cientos de ellas juguetean en tu mesa irrumpiendo la tranquila merienda animada y sábes que las palomas no juegan tu juego divino y también temen ante tus fantasmas, entonces todos ríen  nerviosamente hasta tus mejillas cortadas con la sangre que se burla de mi amor hacia ti, tan solo una paloma parece callada y no teme a tus seres encapuchados con sábanas blancas, y es la misma que come las migajitas de pan que hay por ahí y parece querer ser parte de lo que sucede con las estrellas ahí arriba de ustedes en el cielo, y tan decidida señora paloma vuela y se posa enérgicamente sobre una estrella dotada de tal belleza que al observarte desde el infinito te curo el sangrado apreciándote, simplemente sonríes y agradeces, aunque a los fantasmas no les guste nada sentirse inferiores ante la misteriosa voladora, tu sonríes, agradeces en silencio y esperas volver a sentir esa posesión embrujada ante mi estrella, siempre podrás verla mientras sigas con tu voz tan vainilla y flores, siempre estaré sobre la estrella tan curándote con mi mirada y nunca más cicatrices, siempre jugaremos entre fantasmas sin miedo mientras sonrías y volvamos a los matorrales.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La araña teje la telaraña y el inodoro

¿Qué pasa si la araña que me está picando y está haciendo su telaraña en mi cabeza es aplastada por mi mano y ya no más telarañas en otras cabezas? Una ardilla que me tiene miedo me contesta, me lo grita mientras se aleja perdiéndose entre unos yuyos, pero logro escuchar una respuesta que me satisface en el enorme pantano lleno de víboras que todavía no vinieron a visitarme a la carpa, entonces mi mano no aplasta a la araña y mi cabeza es como uno de los tantos árboles en los que señora araña teje su telaraña, alguna hormiguita de postre señora araña, !sea buena! le presto mi cabeza sin chistar, pero usted sea considerada y algo crocante para después de escuchar el canto de los pajaritos y el río rompiendo con furia contra el muelle, me hará bastante bien, si la hormiguita no está tan crocante no importa, no estoy para ser descortés, aunque disculpe que tenga que irme y dejar de serle tan útil como le son los árboles, es que algunas víboras vivarachas prometieron visitarme a la carpa a eso de las tres, y se me hace tarde así que la hormiga será para después, !adiós señora araña! les contaré a las víboras mis aventuras con usted.
 El señor Uscranio volvió a ver a la señorita araña a eso de las seis, cuando mucho rojo, naranja y una pelota perfectamente redonda se perdían en el horizonte, la vio en un baño, tejiendo su telaraña sobre la manija del inodoro, quien no le pidió recompensas, ningún bicho crocante, así que tuve que casarlos a eso de las siete, inodoro y araña felices para toda la eternidad, apagué la luz del baño después del casamiento y me fui a jugar con las víboras, ellas me quieren, hacemos el ula ula juntos y tomamos el té, pero siempre la araña tejerá su telaraña en mí, maldito inodoro.

viernes, 5 de septiembre de 2014

El último abrazo

                                                                                       Inspirado en el cuento del negro
                                                                                      Fontanarrosa: 19 de diciembre de 1971

En una tarde soleada, mirando el jardín de su casa a través de la puerta de vidrio cerrada que lo divide del comedor, su señora la mantiene así, cerrada para que no entre el "chiflete" y no le haga mal, todo para cuidar su delicada salud, indicaciones del médico, a quien ya hace tiempo no se aguanta y lo ve como un enemigo, por meterle esas ideas en la cabeza a su esposa e hija de que sus pasiones lo van a terminar matando, hasta cree que el zángano de vestimenta blanca se quiere levantar a su despistada hija, muchas palabras amables las del doctorcito para con la nena.  Pero a las hermosas plantas que antes adoraba regar y contemplar parece no importarles la puerta de vidrio que los separa, y el las escucha bien clarito cuánto lo extrañan, cuando podía agacharse sin que su señora le grite incansablemente y su hija le rogara que deje de hacerlo, que si quería que alguien regara las platas ella lo haría, todo para cuidarlo. 
 Ahora desde la comodidad del sillón que algún día fue de su padre, el mismo que le transmitió el amor por su tan adorado y querido Rosario Cental, el viejo Casale ve irse al médico que acaba de recomendarle que se haga más análisis, que prueba con otras pastillas, que cambiar la dieta, que no poder ir a la cancha, que la puta madre que te parió con todas las recomendaciones e indicaciones, yo quiero ir a la cancha, fumarme mi puchito, salir a regar las plantas e ir a ver el clásico para recordar aquellas tardes en las que fui niño y me abrazaba con mi viejo, con un sol tan parecido al que ahora ilumina el jardín quemándonos el bocho.   
 El señor Casale reflexiona mientras suena la radio sin escucharla, mientras su esposa le grita algo desde la cocina y su hija ya no hace caso a sus incontables pedidos de que baje la televisión que quiero escuchar la radio, pero ya ni la radio estoy escuchando, mientras la sostengo con mi mano derecha sentado en el sillón, aburre siempre el mismo tipo hablando con voz seria sobre la inestabilidad del dólar, lo que mantiene ocupado a mis pensamientos son las visitas de los amigos de mi hijo, el colorado, que anda de viaje por Salta, estos pibes creen que soy una especie de cábala sumamente necesaria y me quieren llevar con ellos a la cancha de River a toda costa, donde vamos a jugar la semifinal contra Ñubelporque nunca me tocó ver en la cancha perder a Central contra Ñubel, yo me hago el sota, porque mi mujer y mi hija no son ninguna boludas y algo escuchan de los intentos de los pibes para convencerme de acompañarlos, ellas no quieren saber nada con que vaya a la cancha, tienen la cabeza lavada con lo que les dice el doctorcito y yo me hago el bien el dolobu, pero me muero de ganas de ir, les digo que no para no tener que aguantarme los reproches de las mujeres de la casa, muy a mi pesar por verles las caras de sufrimientos a los pobres pibes, mi no, los vuelve locos y quieren llevarme a toda costa, no les importa nada, les digo que no, también porque conozco las últimas cartas que se van a jugar, me van a secuestrar mañana tempranito, cuando yo me voy a hacer el que me voy para lo de mi hermano que vive en la loma del orto, todo mentira, es el verso que le tire a mi mujer convenciéndola de que era lo mejor, porque no iba a escuchar nada del partido en la quinta de mi hermano, pero todo mentira, sé que el 305 que me espera mañana a la mañana, conducido por uno de los amigos de mi hijo, no me va a llevar a la quinta de mi hermano, va a llevarme a la cancha de River, voy a ver la semifinal y seré tan feliz como hace tanto tiempo no lo soy, después del partido, estoy seguro que me voy a volver a abrazar con mi viejo entre llantos y festejos, en un lugar mágico donde voy a poder regar un montón de plantas tranquilo, y por siempre en mi cabeza sonará la entrañable música que emite la hinchada de Rosario después de haber ganado el clásico.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El vuelo del globo rojo

La señora despistada de planta baja le tira miguitas de pan a las palomas desde el balcón mientras se pone los ruleros, y el globo rojo que tenía en su mano izquierda, que le iba a regalar a su nieta que cumplirá cuatro años en algunos meses se le vuela sin querer queriendo, ahora muy libre por el cielo se lo puede ver al globo tan rojo, en un cielo muy celeste y blanco, mueve el piolín de aquí para allá, por eso un nene que en ese momento tiene toda la boca manchada con helado de chocolate sabe que el globo está contento porque mueve el piolín al igual que su perro mueve la cola cuando lo saca a pasear y le tira el palito para que lo vaya a buscar, no retuerzas el cuello de esa manera, no ves que te hace mal, le grita la madre al niño que mira el cielo como hipnotizado, entonces al nene se le cae el helado y llora, pero por suerte para el globo alguien más lo está mirando, así no se siente tan solo, es una tortuga que va tan despacio sobre la tierra tan marrón y verde que no tiene problema en retorcer su cuello para seguir al globo el tiempo que desee.
 El hombre que soñó se despierta sobresaltado gracias al sonido estruendoso de su alarma que imita a una frenética ambulancia, debe ir a trabajar al banco, se le hace tarde y un día agotador lo espera, es una pena verdaderamente, era lindo el sueño de globos rojos, cielo celeste y blanco y tierra marrón y verde, el nene con la boca manchada por el helado de chocolate, su madre rezongona, la señora distraída de planta baja y la hermosa tortuga que todavía camina tan tranquila que siempre será feliz porque no está apurada y aun continúa apreciando el vuelo contento del globo, sin preocuparse por tener que ir al banco o hacer trámites.

Sopa de plaza

Hojas rojas ya muertas, desparramadas por el piso, te observan en la plaza plagada de niñas que llevan vestidos rojos con lunares blancos y juegan a saltar la soga y al pan y queso.
 Las hojas petrificadas se conmueven al recordar las huellas que haz dejado en la arena dulce niño, en esta misma plaza de vestidos y hojas rojas con lunares blancos, pan, queso, pan, queso, y el último que llega es un huevo podrido, mientras Horacio calienta una sopa, con un anafe casero hecho con latas de arvejas, que no está seguro si tiene ganas de comer porque se acuerda de las sopas que su mamá hacía y ya nunca más ahora es ver a las niñas y las madres y los pajaritos, sin sus hermanos alado suyo compartiendo la sopa, en fin, el vino siempre espera en su mochila.
 Hace un tiempo niño, cuando las hojas aun no habían nacido, te dirigías a las hamacas corriendo y riendo, hoy, las huellas reviven en ti el deseo de convertirte en la sopa servida por la madre de Horacio mientras la niña de trenzas que amas pinta para ti un cuadro de sirenas y príncipes que navegan hacia un mundo conocido, sombrío y lujurioso, con sus pinceles de hojas petrificadas, tu doncella, da fruto a un niño de tal bondad que la plaza reirá contigo y con ella, con sus huellas en la arena ayer, y hoy, qué hay de cenar hoy mamá, pregunta el dulce retoño a tu dulce compañera niña mientras deja una huella al escapársele la pregunta, sopa contesta con una sonrisa dejando otra huella, tu apruebas con la mirada sin emitir palabra, completando así la tercer huella en la arena, saboreando ya el dulce aroma de las verduras que Horacio no comerá porque está pensando que cuento le contará a nuestro hijo y por qué le fue mal en la prueba de Matemática.

martes, 2 de septiembre de 2014

Osos panda asesinos de serpientes amantes del fuego

Un ejercito de osos panda gigantes, que vive en planeta no tan alejado de tierra-hombre, decide una noche de luna llena invadir todos los planetas de la galaxia en busca de serpientes que escupen fuego.
 Primer parada, tierra-hombre, la voz del panda jefe asesino de serpientes se escucha rugir desde los altoparlantes de la nave intergaláctica del ejercito, erizando los pelos de un panda joven al que le atemoriza de sobremanera la idea de tener que matar a esos pobres seres tristes que habitan el planeta tierra-hombre.
 Mientras tanto en tierra-hombre un niño de unos pocos años tiene una revelación mientras camina de la mano de su madre yendo al supermercado a comprar fideos para comerlos con manteca, aunque el los quiere con salsa, el niño ve con elocuente claridad el catastrófico porvenir que le depara a la humanidad, invadida por el ejercito de osos panda gigantes, vislumbra el terrible destino de las serpientes amantes del fuego, se lo cuenta a su madre con gran entusiasmo, pero su madre, está tan estresada por llegar "tarde" a todos lados, que no escucha al fruto de su vientre, olvidando que hasta hace poco tiempo sus corazones eran uno solo y su felicidad que era compartida, ahora corre riesgo de morir en manos de la futura invasión venidera ignorada.
 El ejercito de osos panda invasores se esfuma de la imaginación del niño en el preciso instante en el que la madre no escucha su profecía y la felicidad que en algún momento fue compartida por madre-hijo se desgarra lentamente junto a la desaparición instantánea de la nave, y la conexión entre madre-hijo se pierde como el vuelo de un ave que no volverá a su nido, que irá a contemplar e imaginar futuras catástrofes de razas que invadan planetas en busca de seres extraños, tendrá libertad y será feliz, aunque siempre extrañará su nido.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Boina y tejedora

En el baile todos esperan, todos esperan
en la vida pocos bailan, muchos esperan
en la espera entonces bailo
al compás del canto de la bellísima sirena.

Sentimientos cantados por un renacuajo que nadando en una fuente, en una plaza de Noruega, es vigilado por varios vampiros que intentan seducirlo para que entregue su sangre.

Los colmillos no me encantan
las sirenas ya no cantan
entonces baila el agua con el agua
y yo me voy con el frenético choque del agua con su agua,
hacia otro mundo,
antes de entregar mi sangre a reyes vampiros.

El renacuajo se entregó al agua que bailó con el agua de la sangre del renacuajo que nunca tomarán los oscuros vampiros de Noruega que ahora lloran por el pobre renacuajo, mientras un policía le roba un helado de limón a un nene que solo desea tener un globo rojo mientras su madre que lo sostiene de la mano, sueña con un globo amarillo, globo rojo y globo amarillo viven ahora en el recuerdo de algunos abuelos que usan boina y esperan a sus tejedoras, mientras el agua baila con su agua y pochoclos hacen ruido, en salas de cines donde películas de vampiros ensordecen los oídos de sus espectadores al igual que visitantes de un zoológico no lloran por el lamentado rugir del león que de bebé, fue renacuajo y soñó con globos rojos y amarillos en un mundo sin vampiros, con sirenas y renacuajos libres que usan boina.

sábado, 30 de agosto de 2014

Ensayo sobre locura y moralidad

¿De verdad estoy considerando la posibilidad, de que algún día, cualquiera que sea, exista la mínima chance de que la imaginación me domine, convirtiéndose en una locura dañina? La misma imaginación que me causa tantos placeres y me permite pensar flores que se convierten en ratones y leones que saben bailar. ¿Debo prepararme por si tal acontecimiento sucede? Acaso si la imaginación deja de hacerme un bien, y es a través de ella que comienzo a lastimar a mis seres queridos, volviéndome loco, lastimándome a mí mismo, de esa manera los lastimaría, sería angustiante, deprimente, el fondo del pozo nos aguarda a todos, y si caemos, si caemos, la puta, nunca me lo perdonaría, con los afectos no se jode la puta madre, suficientes motivos en la vida diaria logran angustiarnos, no seamos nosotros mismos un estorbo para nosotros mismos sin saber que deseamos, sin conocer nuestros deseos más apretujados al corazón que tanto temen ver la luz, es hora de que mis bellos deseos, salgan a jugar, recorran el parque y háganme ver el mundo con la mirada de un un niño !Por favor!, sorpréndanse y sorpréndanme, no me volveré loco, ahora lo sé, pero para seguir afianzado a mi segura y a la vez débil certidumbre, debo continuar como hasta ahora, seguro de haber hecho el bien, a cada paso.

jueves, 28 de agosto de 2014

Pobre pirata

Cerveza helada en garganta apenada por lo sucedido ayer a la tarde con el perro de la pata coja de aquel pirata que perdió su sombrero en una batalla que sigue perdiendo y nunca ganó, nunca aprendió, aunque sigue "viviendo", ¿Fue tan solo una batalla contra sí mismo en una conversación nocturna?, en la oscuridad de su habitación, con su voz atormentándolo y la cerveza siempre en su garganta, ya no hay loro que pueda salvarlo de semejante travesura, ¿O tal vez su loro si pueda salvarlo? decidió emprender solo tal complicado viaje que hasta se olvidó el manual básico del pirata y está tan perdido que ya no ron, ahora es cerveza, qué pensarán los verdaderos piratas de mi que no bebo ron y estoy acá con mi cerveza, extraño a mi loro perdido en una partida de cartas que nunca debí jugar, el arrepentimiento se presenta ante mis narices como pocas veces en la vida y se me presenta con tanta firmeza que no puedo dudar en sentirlo, mi perro con su pata coja se fue con el loro en la misma partida de cartas, tan perdido en mi océano de dudas y sometimiento, ni mi barco me reconoce, yo en el timón ya no soy el mismo, hace que tiempo que no me encuentro, pero a quien engaño, no soy yo, no es mi barco, me gusta el ron y no la cerveza, extraño a mi loro y a mi perro cojo, al sombrero que me regaló mi abuela, extraño aquel pirata que se entusiasmaba ante la idea más tonta surgida por cualquier poblador recurrente que charlaba en mis noches doradas de bares con ron y Elisa abrazándome hasta el hartazgo, dulce hartazgo que me condenaba a sentirme dueño de mi barco Aím, yo en el timón y Elisa con sus miradas de libertad en donde la primavera dependía tan solo del calor de una estrella, en donde la felicidad de mi perro era mi felicidad, y tan solo era mirar la estrella, el loro, el perro y el pirata, los tres mirando la estrella en la cumbre de una felicidad tan certera que nunca tuvo dudas de ser tan real, apreciándo la estrella de la libertad y felicidad desde la fuente de la casa del pequeño Tim Norton, gran lector el viejo Tim, nunca debí asesinarlo, siempre fue muy bueno conmigo, siempre aconsejándome, y yo tan solo por poco dinero, ya no más Tim, hasta sus preciados libros vendí, merezco ahogarme con esta maldita cerveza, que es lo que finalmente pasará, y ya no quiero evitarlo.

martes, 26 de agosto de 2014

Subte, después trabajo

Entro al subte, caminando sobre el despistado pasillo, en el transcurso de la borracha caminata voy mirando a los ojos a las mujeres que están sentadas, para probarlas, a ver cuánto aguantan, me pruebo a mí mismo queriendo, muy en el fondo, que alguna me ponga nervioso, esperando pacientemente que alguna ose entrar en el juego de miradas que me divierte hace ya tanto tiempo, esa parte de "verle el alma" para sonreír un poco con la belleza de la intimidad que nunca tendremos, aunque sí en nuestro mundo verdadero de figuras difusas y colores sin nombre donde todo fluye y nada se estanca, al menos nada se estanca en un tiempo, si algo se estanca es en pos del mismo fluir que la intimidad nos invita a seguir disfrutándonos y oliéndonos, ahora es volver al subte, es el pensar en lo que en la tarde me mantuvo ocupado, recordando las caminatas que compartimos, ese "verle el alma" que se volvía tan cotidiano, deseable y sabroso a la vez, perverso y jugoso como un churrasco con puré después de varias horas hambriento caminando por algún pueblo perdido en el norte argentino, mirando el cielo, cuando se corta la luz y veo por primera vez en mi vida una estrella fugaz en un cielo tan minado de estrellas que hasta la sorpresa se me asusta, contemplando casi sin querer queriendo, sin pensar en nada más, porque ella todavía no existía para mí, ella que formó parte del juego en el que la pelota besa la red, el grito de gol con nuestro abrazo y besándonos, seguir viendo el partido pensando que cualquier tiempo pasado fue peor comparado con tal presente, en ese cielo norteño, ella todavía no existía.
 Sentarme en el subte fue lo más divertido del asunto, porque un señor con gafas gastadas, largas y refinadas líneas que surcaban sus mejillas, con cierto nerviosismo miraba un video en su celular, parejas de baile abrazadas con vestidos folklóricos bailando chamamé, y después claro, luego de que ninguna me haya dejado "verle el alma" es el anciano quien me sostiene tan firme y seguro para no caerme y ahogarme en mi mar de dudas al que llamo existencia, el me cobija ante mi pregunta de qué es lo que estás viendo, y vos pibe qué estas leyendo, es chamamé, es Alfonsina Storni, contestándonos con el entusiasmo que solo dos extraños pueden sentir cuando increíblemente se conocen tanto, tan iguales en el fondo, algo así como "de buena madera", el saludarlo antes de bajar con la sonrisa por haberlo conocido, sabiendo que nunca volveré a verlo en la vida, pero con la certeza de que yo siempre un poquito chamamé y el siempre un poco Alfonsina Storni, y eso nos reconfortará para no ahogarnos, seguir nadando mientras voy hacia la escalera mecánica y es el partido de fútbol, ella me abraza después de otro gol y es el pueblo norteño el que me guía al terminar mi estadía en la escalera mientras la estrella fugaz y otra vez comenzar a vagar por la calle hacia lo desconocido, lo terrible y jugoso, como el churrasco con puré que es ahora la puerta que me invita a ingresar a mi pesado trabajo, bien arriba, algo así como el piso doce, en una oficina llena de papeles que me esperan, sin ella, sin fútbol, sin el anciano, sin "verle el alma" a nadie, nadando a la espera de que el cansancio no triunfe cada día que entro por esta maldita puerta que me dan ganas de dejarme llevar por la corriente.

lunes, 25 de agosto de 2014

Colectivo Joel, León

En un viaje en colectivo "común y corriente" hay dos grupos de pasajeros bien diferenciados, los que viajan parados y los que viajan sentados.
 Grupo León: quienes viajan parados
 Grupo Joel: quienes viajan sentados.
 Los del grupo Joel intentan autoconvencerse de que merecen estar sentados porque están terriblemente cansados, merecen estar sentados mucho más que la persona que se encuentra parada a su lado, si es una señora, su cartera estará atormentándolos durante el transcurso del viaje en cada frenada golpéandolos incansablemente en la cara, el poder de autoconvencimiento debe ser mayor si la persona parada es una mujer, más aun si es bonita y el devenir inevitable de pensar que si le cedo el asiento me besará e iremos a la cama teniendo dos hijos varones llamados León Joel y Joel León.
 En cambio, los del grupo León, solamente miran a quien está sentado, analizándolo minuciosamente y luego de apreciarlo lo suficiente para estar seguro que no hay nada más extravagante que valga la pena ser observado y criticado, se preguntan en cuanto tiempo baja que me quiero sentar, la puta madre.
 Apréciese que ambos grupos se sienten muy cansados.
 Nótese también que ambos grupos piensan en cuanto tiempo llegaremos a casa y cuánto falta para que termine esta interminable agonía de semáforos y barreras odiosas que no permiten avanzar.
 Claro está que el conductor pertenece a otro grupo que no creí conveniente mencionar porque se está peleando con un taxista a las puteadas prometiéndose que te voy a romper la cara hijo de puta, llevás a la gente como ganado y fijáte por donde andás pelotudo de mierda.

Noche de pájaro amando sus estrellas

Los edificios quieren quitarle protagonismo a los árboles, ellos, tan sabios e imponentes para mí, que tanto aire nos regalan para vivir y ser felices, tan necesarios son, y aquellos tan altos y feos, molestos y grises e incómodos, !Esfúmate y déjame ver las estrellas repugnante conjunto de balcones, vigas y ladrillos!
 Quisiera dejar de sentir tanto veneno hacia aquellos a quienes considero no-humanos, tratar de entenderlos y amarlos para querer ayudarlos, pero en esta fría y misteriosa noche de desvelo y sin ningún vino apetecible realmente, cerca del árbol de mi abuelo, pescador el viejo, que plantó en un tiempo de desvelo también, seguramente, lejos de cualquier apestoso edificio, la lluvia me invita a seguir el vuelo del pájaro que decide no ser complaciente, al menos esta noche, !No esta noche! !Esta noche es de las estrellas y yo, y mis alas amando las estrellas! !En esta noche le prometeré amor eterno a cada una de las estrellas que me acobijen con su intermitente brillar, cuanta seguridad, cuanta confianza pucha carajo!
 ¿Cómo no cerrar los ojos, abrir el corazón y sentir el cielo? El mismo que regala elocuentes enseñanzas a nuestras almas, que no necesitan ningún tipo de traducción.
 Traducciones tal vez necesiten aquellos no-humanos quienes tienen la costumbre de no escapar del idioma carcelario que les brinda la comodidad de sus edificios, en sus comedores, con su mano en el control remoto y el programa de baile vaciando sus mentes junto a los pochoclos y la madre computadora.

Quiero ser tu cebolla

"-¿No llorás cuándo cortás la cebolla abuela? ¿Por qué no llorás?-"
con algunas sí, con otras no, me responde sin responderme del todo, sin satisfacer mi duda de nieto necesitado de un abrazo que rompa los huesos y ablande el corazón y que deje de cortar la cebolla por favor, como si tal abrazo que no existe dependiera del destino, al igual que la cebollas que tienen esa magia que la hacen llorar parecen entenderse con el destino y juegan entre copas de vino y risas algo forzadas, como si el viento que golpea las ventanas incansablemente trajera con su esencia, almas que todavía se quedan en la tierra pidiendo lo que las gatas solo comprenden en el filo de una magnífica noche tan igual entre tantas, gimiendo, gozando y ahuyentando el peligro con sus subidas incansables a sus árboles padres protectores, almas que tal vez sientan el aleteo del cuchillo de la abuela, que aunque no se de cuenta, aunque sus pensamientos vuelen y la golpeen tan vigorosamente en las sienes como el incansable viento contra las ventanas de la luminosa casa, hace música en cada crujir de la cebolla, una música que trae recuerdos melancólicos y tristes, aunque siempre vendrá el llanto y la risa después, es cortando la cebolla, produciendo esa tan hermosa melodía acompañada por el sonido del viento golpeando mi ventana que me refleja un cuadro acorde a lo humano del momento, lluvia y edificios grises, a lo cárceles, "cajas", "prisiones" donde duerme gente que ya no abraza a sus abuelas, abuelas que no abrazan a sus nietos que a la vez no admiran el corte de cebolla de la abuela y no disfrutan la alegre música que lo acompaña, ni tampoco sienten celos por la cebolla que haga llorar a su abuela, el imponente deseo, dejar de ser personas para convertirse en la "elegida" cebolla y así sacrificar su carne en ofrenda a cada cuchillazo, todo sea para que se parezca al abrazo, a la atención, a la melancolía y tristeza que ahora comprendo de las almas que todavía vagan esta tierra queriendo ser esas cebollas "elegidas" y tal vez tengan miedo del ya tenebroso viento, pero con la televisión vociferando y señalando para donde tienen que pensar y que tienen que sentir, parece que nada importa, aunque a mi me importa, y mucho, al igual que aquella gata que todavía veo sonreír, nunca dejaré de verla sonreír, y si en verdad los astros tienen "algo" que ver con los que nos pasa, les pido que cesen con tal viento infernal que me produce tanto placer y regocijo, sé que mi viento placentero es el viento asesino, en la calle, para tantos que sienten igual a mí, y los entristece, a tantos otros como yo que no tienen la oportunidad de elegir querer ser "la elegida cebolla" porque quien la corta se fue hace tiempo.
 Aclarando mi pedido a los astros, tan egoístamente deseo compartir con ustedes, que hace tiempo dejé de sentir vergüenza en reconocer, que cada vez escucho más a mi corazón, y que quiero ser la cebolla que haga llorar a mi abuela.

jueves, 21 de agosto de 2014

Tráfico y apariencias, quisiera abrazarlos

Si quiero que suceda algo interesante en mi día, me basta con salir a caminar un rato por las calles de mi barrio para presenciar divertidos acontecimientos de diversas índoles, con sus respectivas causas y consecuencias en sus protagonistas, como por ejemplo las señoras que manejando, incansablemente tocan la bocina de acá para allá sin reparo alguno en el buen gusto del oído, contribuyendo de manera excluyente en la paranoia que afecta al tráfico, que mientras tanto baja la barrera y !TIN! !TIN! !TIN! Y los nietos de las señoras bocinadoras, en otros autos, en el carril contrario actúan de la misma bocinante manera, insultándose así también entre nietos y abuelas sin darse cuenta de que es la misma sangre la que corre por sus venas y la naturaleza les pide un abrazo, pobres, quisiera abrazarlos.
 Dejo de prestar atención al acontecimiento nieto-abuela y me detengo a observar a una chica que viene caminando por mi vereda en dirección contraria, apurada y tan maquillada, con sus zapatos de enormes plataformas lastimando el piso, sus ojos zigzaguean de izquierda a derecha, de arriba a abajo sin detenerse a contemplar nada, ya que nada le interesa más que mirar de reojo al resto de los transeúntes para ver si le están mirando el culo y sentirse que está desfilando en una pasarela de moda, moviendo las cabezas.
 Extraña la gente que mira pero no se detiene a observar nada en particular, simplemente para deleitarse y pensar un poco, sino que todo lo contrario, esta gente extraña se dedica a mirar al resto de las personas solamente para saber si los están mirando, y así sentirse seguros de que el peinado que se hizo el rubio que camina en la vereda de enfrente, es igual al del nuevo galán de la telenovela de las nueve, el rubio se mira en cada vidriera y en cualquier cosa que se parezca a un vidrio y pueda reflejar su bello rostro, y sus nuevas zapatillas que salieron carísimas, y que lindas tetas que tiene la chica de la vereda de enfrente que me mira de reojo piensa, sin ni siquiera escuchar los intensos bocinazos nietos-abuelas que amenazan la estabilidad emocional de los pajaritos que quieren cantar en paz y no hoz dejan, pero los pajaritos, tan pillos y vivarachos ellos, se comunican con dos palomas que entienden la naturaleza de los hechos que están ocurriendo en la cuadra como ninguna otra paloma comprendió jamás ningún suceso en la historia de las palomas, y ambas vuelan, una en dirección al chico, y otra hacia la chica, se detienen en los cables de luz que tenemos arriba y se echan una buena cagada sobre sus cabezas, arruinándoles la ropa y el día, que desde esa cagada ya es seguro que será una mierda, y nada podrá salir peor, refunfuñan, putean y hasta quieren llorar porque en realidad ya no se aguanten a sí mismos, pobres, quisiera abrazarlos.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Ay Carlos, Ay Carlitos

A las 12 de la noche en esa fría esquina vacía de todo y Carlos tan cansado de nada que le suceda interesante en la vida más que ir al trabajo y volver a casa, esperando el 168 que no llega más, ay Carlos, ay Carlitos, encima con el hambre que tenés, hace varias horas que no comés nada, y tu mujer que no te preparó la comida que le pediste a la mañana, te despertaste, la besaste y le susurraste al oído para no molestarla tanto, tus deseos de saborear los fideos con la salsa que tu abuela siempre te hacía de chiquito. Estoy cansada, no tengo tiempo para cocinar, con el pan que sobró y algo de fiambre que hay en la heladera Carlos se arregla. Ay Carlos, Ay Carlitos, trabajando todo el día, llegas a tu casa esperando a que antes de dar siquiera el primer paso, antes de cerrar la puerta, antes de prender la luz, la salsa de tomate conquiste el corazón de tus narices y tambíen el del pecho para volver a querer a Marta, a ver si se acordó, pasó tanto tiempo desde la mañana, y no, la desilusión se apodera de tu alma, ay Carlos, Ay Marta, Ay Martita todo el día mirando la televisión que te volviste tan fría como el fiambre que se tiene que mandar el pobre Carlos y ahora estás fría y sin vida porque Carlos hace un rato se despachó disparándote 7 balazos con el arma que hasta hace un tiempo era para protegerte.

La tienda de la Gitana

Si compro los lentes "de ver el futuro" que hay en el local que me encuentro, el de la gitana que tiene muchos lunares grandes y horrendos en su rostro, filosos dientes, labios pintados de rojo, vestimenta de gitana, rodete y tanto y exagerado humo saliendo de su cigarro y vaya a saber si no sale también el humo de una caldera embrujada proveniente de algún otro sector del local que no logro divisar por la confusión reinante en mi ser, a causa del humo que me envuelve imitando una neblina atemorizante de algún pueblo fantasma donde el misterio, el suspenso y el miedo juegan macabramente conmigo y hacen que me piense a mí mismo como un actor de reparto, ni siquiera el protagonista, actor de reparto que todo observa y poco dice y terminará muriendo en algún cuento de Poe o en cualquier novela de Stephen King, en ese preciso instante de confusión que roza los limites de mi locura más insospechada, siento desde el latido que se vuelve incesante de mis cienes el llamado enérgico de los lentes "de ver el futuro" que invitan a mis pensamientos a reflexionar intensamente si de verdad no los necesito para sobrevivir, para irme con vida del negocio, la hipótesis planteada sobre que si no compro los anteojos, moriré, deja de ser hipótesis y se me convierte en certeza con la misma facilidad que un día domingo caminaba yo tan tranquilo afuera del local y unos sahumerios violetas llamaron mi atención desde la sucia vidriera invitándome a entrar, los sahumerios son parte excluyente también de este perverso juego en el que lastimosamente me veo sumergido, no sé por cuanto tiempo continuaré viviendo, no tengo la capacidad de razonarlo, tampoco por el increíble malestar físico provocado por el humo, que lo único que parece no afectar es a los anteojos multicolores que brillan más que cualquier estrella, más que el sol, y casi que provocan el estallido de mis sienes en cualquier momento.
 La gitana ríe macabramente y todo nunca fue más confuso en mi vida, aunque en un instante de envidiable lucidez,decido comprar los anteojos para mi fortuna y acabar de una vez por todas con la tragedia narrada, aunque nada podrá volver a ser como antes de entrar, porque al probarme los malditos lentes brillantes me muestran con elocuentes imágenes que si no los hubiera comprado hubiera muerto asfixiado y que debo callar lo sucedido, no contárselo a ningún futuro cliente de la tienda de la gitana porque sufriría la misma suerte que de no haberlos comprado, muerte inminente y la de todos mis seres queridos.
 Al salir del negocio reflexiono muy lastimosamente que tendré que vivir con la culpa de saber que muchos visitantes futuros morirán y no podré ayudarlos a menos que le compren alguna mercancía a la embrujada gitana, tal vez a muchos la duda y el horror los fulmine, estallando sus cienes, antes que puedan tomar la decisión de comprar o no comprar, entonces es cuando al entrar a mi departamento destrozo los anteojos arrojándolos al suelo y luego pisándolos, y voy en busca de un frasco con suficientes pastillas para cesar con mi sufrimiento y mi desgracia y así librarme de toda culpa, mientras un sahumerio violeta se prende solo en mi agobiante comedor que de a poco se va llenando del humo ya conocido, y acto siguiente, el edificio estallando entre el ardor ambriento del fuego, que todo destruye a cada paso, terminando con las pobres vidas de varias familias que hasta hace unas horas eran mis vecinos, mientras que en los ojos de mi cuerpo ya inmóvil tan blanco y frío, se ve claramente la sombra de la gitana riendo a carcajadas y jugando con sus clientes al ritmo del humo de un sahumerio violeta, que se abanica macabramente entre los dedos de su ama.