martes, 30 de septiembre de 2014

El baño de los mundos

Hace un poquito de frío en invierno cuando te tenés que ir a bañar y entra el chiflete por la ventanita, porque a quién no le gusta que se forme el vapor de agua casi que hierve, pero con la ventanita abierta porque sino como que falta un poquito el aire y ya más que un baño parece un sauna, ¿El agua no está demasiado caliente? Pienso mientras el agua me cae por todo el cuerpo y estoy inmóvil, sin proceder en el acto rutinario de bañarme, con el jabón en la mano derecha mirando la pared, aunque en realidad mis ojos apunten hacia la pared, ese momento en el que lo que ves, no coincide con lo que tus ojos están apuntando, es decir, la pared, sino que estás viendo lo que estás pensando, y al pensar en si el agua está demasiado caliente, me veo a mí, bañándome con agua menos caliente en otro mundo, en el mundo que veo lo que pienso, en mi baño no solamente no me estoy bañando en una bañadera común y corriente como las que conocemos en la civilización actual y en cualquier baño de cualquier familia común de Villa Pueyrredón, sino que además estoy subido al lomo de un gigantesco perros Golden, con su lengua de costado salivando de aquí para allá, al ritmo de tambores que son tocados por negros desde otros tiempos, desde otros lamentos tan profundos y entrañables como la mismísima garganta roja y fogoza del universo infinito circundante, viajando hacia adelante con el viento zumbando en mis oídos y aireando los pulmones, adelante está la presa, jugosa, fresca, rica, audaz, elegante, puedo divisarla apenas porque junto con el golden estamos cansados y tenemos tanta sed en el desierto arenoso lleno de enormes cactus y calor infernal, así que ahora instantáneamente llueve por eso siento las gotas aplastando todo mi pelo grasiento y resbalando por todo mi ser, primero por la nuca, los hombros, la espalda, las nalgas, los muslos, los deditos de los pies, y por fin desembocan en un río casi seco que es el piso de mi bañadera.
 Y ahí está la rendija y quién sabe que pasa más allá, y ahora es mover un poquito la manija de agua caliente en este mundo, donde vuelvo a ver lo que mis ojos apuntan, la pared del baño con sus dibujos de jazmines violetas en cada zócalo, y me acuerdo que todavía me confundo la manija del agua fría con la caliente, ay pero que zonzo zorro no te lo lleves soy.
 Al mover la manija de agua caliente, así un poquito más tibia para que se vaya un poquito el vapor que ya me está asfixiando, ahora sí está a punto caramelo, chocolate con almendras y ron añejo, ahora puedo cerrar la ventanita y que se vaya el chiflete con el frío que me estaba recorriendo heladamente todas las partes del cuerpo que nombré mojadas,  y es disfrutar del agua tibia, porque la verdad, es que soy un poquito sucio, es lunes a la tarde y no me baño hace como nueve días, sin contar las heladas correntinas de San Borombón y el Padre Jorge jugando al dominó.
 Me acuerdo cuando era un nene y mi imaginación me hacía más feliz, aunque también un poquito más triste, cuando cerraba las canillas, ya no más lluvia, y me quedaba horas en la bañadera rebalsada, recostado agarrando juguetes y el barquito de madera con bandera pirata  manipulado por mi mano derecha que ahora navega desde las orillas de mi rodilla derecha hasta las costas espumosas de mi panza con algunos soldaditos que viajan contentos porque comieron mucho pan en el almuerzo, puede apreciarse la sonrisa en los rostros de los soldaditos verdes de juguete, panza llena corazón contento, y quieren llegar a mi cabeza para invadirla, porque allí, ellos creen que está el oro, el centro de una gran ciudad milenaria perdida, porque de niño era un océano, era una civilización completa y despareja, no un simple río que dice conocerse pero teme conocer el futuro de más allá de la rendija.
 No soy tan zonzo zorro no me lleves, mi cabeza no está tan desprotegida porque un autito rojo, modelo escarabajo, marrón, la protege la cabeza junto a una barbi tan rubia y elegante con su vestido ahora todo mojadito y rosa con lunares blancos.
 Decidí ir corriendo a buscar algunos juguetes que tiene mi hijo en su bellísimo cofre de mimbre, y ahora estoy jugando en la bañadera casi llena de agua que está por rebalsar porque volví corriendo con Buzz Lightyear gritando que queremos llegar al infinito y más allá desde la coronilla de mi cabeza, manipulado por mi mano izquierda, y en mi pierna Goku nandando tan feliz porque un pato de hule le cuenta lo bien que le hace nadar a su salud, porque está tranquilo y están charlando imaginándose en otra bañadera de otro color, ahora ellos viajan al otro mundo, nadando alado de los pies del hombre que podría ser yo, pero es otra carne en nuestro sistema paralelo, escuchando las locuras de Buzz desde la coronilla de su cabeza, escuchando que quiere llegar lejos y más allá, y los dedos de los pies del hombre acariciando los juguetes mientras nadan y sé que Goku está embobado con la barbi que está tan distraída allá en la esquina, con esos hermosos ojos celestes, esas pestañas patas de araña todavía viva, esa ropita rosa con lunares blancos toda mojadita y apretadita, esa tanguita de leopardo..

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Bar de vampiros

Sentarse en la mesa del café de la esquina es una sana costumbre, no sé si será que todos sabemos que los mozos son vampiros y sospechamos fuertemente que se divierten vertiendo sangre humana en nuestras copas de vino, o que se ríen de los clientes, de los mortales que sienten tanto miedo cuando la enfermera viene con la vacuna a sacarles sangre y ay que dolor, la enfermera extrayendo lo que los mozos vampiros del café desean tanto.
 La legislación del pueblo es clara, ser vampiro no es ilegal, lo que sí, deben tener un empleo formal y estar registrados para que se les suministre la cantidad de sangre necesaria para saciar su sed, pueden elegir entre sangre de vagabundos y delincuentes así no andan asesinando gente inocente por ahí.
 Yo soy miembro de un club selectivo, en donde nosotros, los socios, saciamos nuestra sed con la sangre de vampiros trabajadores registrados, como los que trabajan en el café en el que me encuentro, observando a mi próxima victima que en este momento está limpiando mi meza con un trapo amarillo y que lindo cuello, que prominentes venas, que jugosa tentación observar al vampiro trabajador que en horas asesinaré y compartiré con los miembros del club.

En la tele del chino

Si salto el charco que está en este sendero de barro, en una pata, no lo logro, me caigo y me rompo una pata llorando desconsoladamente, seré tan feliz que los bichos vendrán de todos sus escondites a felicitarme por realizar semejante hazaña y el barro me maquillará en la cara y en todo el cuerpo y serán como tatuajes de barro, seré un indio preparado para ir a batallar, defender a mi tribu con la lanza y el taparrabo porque debo cazar un búfalo y darle de comer a mis hijos y besar las dulces y cálidas mejillas de Carinéa y ser feliz.
 Cuando los bichos bolitas, arañas, gusanitos y hormigas se fusionan con el barro en mi cuerpo me siento embriagado por una energía inexplicable desconocida hasta entonces, que me permitió asesinar y despellejar al búfalo sin inconveniente alguno aunque tenga una pata rota, y ahora son las mejillas y los niños saciando su hambre lo que me reconforta de tal manera que comienzo a llorar porque la china me está devolviendo el vuelto en caramelos y lleva una remera con la imagen de otra china tan parecida a ella mientras en la televisión del supermercado hay un documental sobre un indio cazador pintado con barro y bichos, usa taparrabos y está luchando ferozmente con una pata rota contra un búfalo mientras su dulce Carinéa lo espera.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Tan lobo y princesa

Buenas noches princesa,
Es tan deseoso de mi parte besarla hasta la aparición del alba
¿Me concederá tal divino capricho y a la vez natural?

Mmm.. es que no sé si mi madre, la reina santa, querrá..
además llevas un aspecto muy salvaje, como de lobo feroz.

¿De véras crees en los lobos feroces?
!Demonios! ¿Cuántos años tienes?

Quince, me contestó largando una risita dulce e inocente como el alba que se venía,
luego la princesa besó al lobo por ser tan lobo y ella por ser tan princesa.




domingo, 14 de septiembre de 2014

!En los caminos!

Todo sucedió con el que está meando ahora en el baño y habla con otro que está haciendo lo mismo a su lado, te dije que Carolina es una boluda, eso le dice al que tiene pantalones largos y lo está escuchando aunque al preguntarle por Cintia parece no importarle la relación de su compañero con Carolina porque el pregunta por Cinthia, cuánto hace que no la vemos a Cinthia, hay que invitarla a alguna de las previas, y se ríen mientras callan porque ambos piensan en qué linda que es Cinthia, con esa mirada que los mira y ellos sin poder hacer nada, con su piel morena y todo eso que los vuelve tan vulnerables ante ella, pensando en dónde estará ahora y porqué no está con nosotros mirándonos así no tenemos que hablar de Carolina, mientras se van del baño cerrando la puerta de un golpazo y yo aquí sentado sobre el inodoro, desde el otro lado, escuchando a los curiosos seres que me visitan, ahora es un !hoy la rompemos! Acordáte de llamar a Nati para que venga con las amigas que hay una rubia que está re buena y creo que me tiene ganas, me aburro de escuchar siempre los mismos temas de conversación y dejo de prestarle atención a los nuevos visitantes, porque observo detenidamente la puerta que me mira de frente, celeste con la manija gris, puesta de una manera que les permite a "los del otro lado" verme los pies y yo no puedo ver nada de los visitantes que están del otro lado, sentado sobre el inodoro, alejándome repentinamente de cualquier contacto con el baño al cerrar los ojos, en el fondo de un mar, lleno serpientes amarillas y rojas acechándome por todas lados con sus lenguas y sus ojos clavados en mí mientras giro sobre mí mismo, doy vueltas y me mareo y todo cambia de color negro, desde un gris y verde mezclándose y cambiando en una paleta de colores que originan nuevas formas de entender el universo circundante a través de ahuyidos y relámpagos de este mar que me atrapa y me condena dando vueltas mientras giro sobre mi eje con las serpientes queriéndome comer todo mojado en el mar mientras pierdo mucha sangre.
 !Yo sé que puedo cumplir todas mis promesas!, tararéa el nuevo visitante mientras se lava las manos, con voz grave pero suave y tierna, !en los caminos que juntos andarémos! tarareando aunque ahora cambia totalmente la voz y es como un grito de miedo en una noche oscura y fría retumbando en mis oídos incesantemente con oscura frivolidad, !en los caminos! !en los caminos! !en los caminos! se siente el eco desde cada rincón del baño y es todo tan insoportable en mi cabeza !en los caminos! !en los caminos! es perder cualquier tipo de tranquilidad, volverse loco, no aguantarse el insoportable eco de !en los caminos! !en los caminos! con esa voz que en un momento fue suave y tierna y ahora es la de un demonio con tanto eco que querés estallar y romper todo, es cuando salgo disparado del inodoro y atravieso la puerta rompiéndola en mil pedazos chocando contra el engendro que no para de gritar, pegándole puñetazos con tanta rabia en la cara y en el estómago para que deje gritar y de atormentarme, me resbalo, dejo de golperarlo y caigo perdiendo totalmente el control de mí mismo sobre el piso, me incorporo rápidamente y salgo corriendo del baño sintiendo mi sangre recorriendo todo mi cuerpo, chorreando sobre lastimaduras que me hice porque me estoy cortando con estas plantas que tienen enormes y filosos pinches que me cortan  sin piedad y me arde tanto, ahora el laberinto lleno de plantas con pinches y a ambos lados las serpientes que estaban en el mar, acechándome !en los caminos! !en los caminos! !en los caminos! cada cortadura que me propician dulcemente estas maravillosas plantas hacen que la sangre salga de mi piel provocándome una risa placentera por apreciar la sangre sobre mi piel y las bellas serpientes de colores amarillo y rojo que me quieren comer, que linda que es roja tan rara la sangre sobre mi piel y como me recorre el cuerpo que está casi lleno de este rojo tan raro mezclándose sangre y sudor, guiándome armoniosamente en mi visita recurrente !en los caminos! !en los caminos! !en los caminos!

jueves, 11 de septiembre de 2014

Seré paloma

En los matorrales del pueblo de Orion, en un sendero muy bien parecido, tus mejillas cortadas por enredaderas envenenadas con pócimas egoístas, culpa de seres que desconocen el hermoso sentimiento de andar descalzos y desnudos, te han estropeado tus dulces morenas mejillas mientras tu dulce voz es aroma de flores con sabor a vainilla, mientras lloras y !pum! !sácate! enredaderas en tus mejillas corriendo la sangre tan roja y que mal me siento al verte así tan lastimada imaginando tus futuras cicatrices, te diriges desconsolada hacia tu oscuro laberinto, lejos del hermoso matorral tan verde y lleno de luz que nos abraza, te diriges hacia la húmeda habitación donde habitan fantasmas con quien solo tu hablas porque les haz demostrado que no les tienes miedo y que simplemente sabes jugar a pesar de tus futuras cicatrices y yo que no puedo hacer nada más que tratar de convertirme en paloma y ya se qué pasará porque todo es gracias a tu voz floral de vainilla.
 Son las bebidas conocidas por señoras de buena cartera en escaleras mecánicas, las que beben los fantasmas sentados en tu tan redonda mesa llena de migajas de pan, no te gustan esas bebidas pero respetas el gusto de tus invitados.
 !Oh mis queridas palomas de Gea! cientos de ellas juguetean en tu mesa irrumpiendo la tranquila merienda animada y sábes que las palomas no juegan tu juego divino y también temen ante tus fantasmas, entonces todos ríen  nerviosamente hasta tus mejillas cortadas con la sangre que se burla de mi amor hacia ti, tan solo una paloma parece callada y no teme a tus seres encapuchados con sábanas blancas, y es la misma que come las migajitas de pan que hay por ahí y parece querer ser parte de lo que sucede con las estrellas ahí arriba de ustedes en el cielo, y tan decidida señora paloma vuela y se posa enérgicamente sobre una estrella dotada de tal belleza que al observarte desde el infinito te curo el sangrado apreciándote, simplemente sonríes y agradeces, aunque a los fantasmas no les guste nada sentirse inferiores ante la misteriosa voladora, tu sonríes, agradeces en silencio y esperas volver a sentir esa posesión embrujada ante mi estrella, siempre podrás verla mientras sigas con tu voz tan vainilla y flores, siempre estaré sobre la estrella tan curándote con mi mirada y nunca más cicatrices, siempre jugaremos entre fantasmas sin miedo mientras sonrías y volvamos a los matorrales.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La araña teje la telaraña y el inodoro

¿Qué pasa si la araña que me está picando y está haciendo su telaraña en mi cabeza es aplastada por mi mano y ya no más telarañas en otras cabezas? Una ardilla que me tiene miedo me contesta, me lo grita mientras se aleja perdiéndose entre unos yuyos, pero logro escuchar una respuesta que me satisface en el enorme pantano lleno de víboras que todavía no vinieron a visitarme a la carpa, entonces mi mano no aplasta a la araña y mi cabeza es como uno de los tantos árboles en los que señora araña teje su telaraña, alguna hormiguita de postre señora araña, !sea buena! le presto mi cabeza sin chistar, pero usted sea considerada y algo crocante para después de escuchar el canto de los pajaritos y el río rompiendo con furia contra el muelle, me hará bastante bien, si la hormiguita no está tan crocante no importa, no estoy para ser descortés, aunque disculpe que tenga que irme y dejar de serle tan útil como le son los árboles, es que algunas víboras vivarachas prometieron visitarme a la carpa a eso de las tres, y se me hace tarde así que la hormiga será para después, !adiós señora araña! les contaré a las víboras mis aventuras con usted.
 El señor Uscranio volvió a ver a la señorita araña a eso de las seis, cuando mucho rojo, naranja y una pelota perfectamente redonda se perdían en el horizonte, la vio en un baño, tejiendo su telaraña sobre la manija del inodoro, quien no le pidió recompensas, ningún bicho crocante, así que tuve que casarlos a eso de las siete, inodoro y araña felices para toda la eternidad, apagué la luz del baño después del casamiento y me fui a jugar con las víboras, ellas me quieren, hacemos el ula ula juntos y tomamos el té, pero siempre la araña tejerá su telaraña en mí, maldito inodoro.

viernes, 5 de septiembre de 2014

El último abrazo

                                                                                       Inspirado en el cuento del negro
                                                                                      Fontanarrosa: 19 de diciembre de 1971

En una tarde soleada, mirando el jardín de su casa a través de la puerta de vidrio cerrada que lo divide del comedor, su señora la mantiene así, cerrada para que no entre el "chiflete" y no le haga mal, todo para cuidar su delicada salud, indicaciones del médico, a quien ya hace tiempo no se aguanta y lo ve como un enemigo, por meterle esas ideas en la cabeza a su esposa e hija de que sus pasiones lo van a terminar matando, hasta cree que el zángano de vestimenta blanca se quiere levantar a su despistada hija, muchas palabras amables las del doctorcito para con la nena.  Pero a las hermosas plantas que antes adoraba regar y contemplar parece no importarles la puerta de vidrio que los separa, y el las escucha bien clarito cuánto lo extrañan, cuando podía agacharse sin que su señora le grite incansablemente y su hija le rogara que deje de hacerlo, que si quería que alguien regara las platas ella lo haría, todo para cuidarlo. 
 Ahora desde la comodidad del sillón que algún día fue de su padre, el mismo que le transmitió el amor por su tan adorado y querido Rosario Cental, el viejo Casale ve irse al médico que acaba de recomendarle que se haga más análisis, que prueba con otras pastillas, que cambiar la dieta, que no poder ir a la cancha, que la puta madre que te parió con todas las recomendaciones e indicaciones, yo quiero ir a la cancha, fumarme mi puchito, salir a regar las plantas e ir a ver el clásico para recordar aquellas tardes en las que fui niño y me abrazaba con mi viejo, con un sol tan parecido al que ahora ilumina el jardín quemándonos el bocho.   
 El señor Casale reflexiona mientras suena la radio sin escucharla, mientras su esposa le grita algo desde la cocina y su hija ya no hace caso a sus incontables pedidos de que baje la televisión que quiero escuchar la radio, pero ya ni la radio estoy escuchando, mientras la sostengo con mi mano derecha sentado en el sillón, aburre siempre el mismo tipo hablando con voz seria sobre la inestabilidad del dólar, lo que mantiene ocupado a mis pensamientos son las visitas de los amigos de mi hijo, el colorado, que anda de viaje por Salta, estos pibes creen que soy una especie de cábala sumamente necesaria y me quieren llevar con ellos a la cancha de River a toda costa, donde vamos a jugar la semifinal contra Ñubelporque nunca me tocó ver en la cancha perder a Central contra Ñubel, yo me hago el sota, porque mi mujer y mi hija no son ninguna boludas y algo escuchan de los intentos de los pibes para convencerme de acompañarlos, ellas no quieren saber nada con que vaya a la cancha, tienen la cabeza lavada con lo que les dice el doctorcito y yo me hago el bien el dolobu, pero me muero de ganas de ir, les digo que no para no tener que aguantarme los reproches de las mujeres de la casa, muy a mi pesar por verles las caras de sufrimientos a los pobres pibes, mi no, los vuelve locos y quieren llevarme a toda costa, no les importa nada, les digo que no, también porque conozco las últimas cartas que se van a jugar, me van a secuestrar mañana tempranito, cuando yo me voy a hacer el que me voy para lo de mi hermano que vive en la loma del orto, todo mentira, es el verso que le tire a mi mujer convenciéndola de que era lo mejor, porque no iba a escuchar nada del partido en la quinta de mi hermano, pero todo mentira, sé que el 305 que me espera mañana a la mañana, conducido por uno de los amigos de mi hijo, no me va a llevar a la quinta de mi hermano, va a llevarme a la cancha de River, voy a ver la semifinal y seré tan feliz como hace tanto tiempo no lo soy, después del partido, estoy seguro que me voy a volver a abrazar con mi viejo entre llantos y festejos, en un lugar mágico donde voy a poder regar un montón de plantas tranquilo, y por siempre en mi cabeza sonará la entrañable música que emite la hinchada de Rosario después de haber ganado el clásico.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El vuelo del globo rojo

La señora despistada de planta baja le tira miguitas de pan a las palomas desde el balcón mientras se pone los ruleros, y el globo rojo que tenía en su mano izquierda, que le iba a regalar a su nieta que cumplirá cuatro años en algunos meses se le vuela sin querer queriendo, ahora muy libre por el cielo se lo puede ver al globo tan rojo, en un cielo muy celeste y blanco, mueve el piolín de aquí para allá, por eso un nene que en ese momento tiene toda la boca manchada con helado de chocolate sabe que el globo está contento porque mueve el piolín al igual que su perro mueve la cola cuando lo saca a pasear y le tira el palito para que lo vaya a buscar, no retuerzas el cuello de esa manera, no ves que te hace mal, le grita la madre al niño que mira el cielo como hipnotizado, entonces al nene se le cae el helado y llora, pero por suerte para el globo alguien más lo está mirando, así no se siente tan solo, es una tortuga que va tan despacio sobre la tierra tan marrón y verde que no tiene problema en retorcer su cuello para seguir al globo el tiempo que desee.
 El hombre que soñó se despierta sobresaltado gracias al sonido estruendoso de su alarma que imita a una frenética ambulancia, debe ir a trabajar al banco, se le hace tarde y un día agotador lo espera, es una pena verdaderamente, era lindo el sueño de globos rojos, cielo celeste y blanco y tierra marrón y verde, el nene con la boca manchada por el helado de chocolate, su madre rezongona, la señora distraída de planta baja y la hermosa tortuga que todavía camina tan tranquila que siempre será feliz porque no está apurada y aun continúa apreciando el vuelo contento del globo, sin preocuparse por tener que ir al banco o hacer trámites.

Sopa de plaza

Hojas rojas ya muertas, desparramadas por el piso, te observan en la plaza plagada de niñas que llevan vestidos rojos con lunares blancos y juegan a saltar la soga y al pan y queso.
 Las hojas petrificadas se conmueven al recordar las huellas que haz dejado en la arena dulce niño, en esta misma plaza de vestidos y hojas rojas con lunares blancos, pan, queso, pan, queso, y el último que llega es un huevo podrido, mientras Horacio calienta una sopa, con un anafe casero hecho con latas de arvejas, que no está seguro si tiene ganas de comer porque se acuerda de las sopas que su mamá hacía y ya nunca más ahora es ver a las niñas y las madres y los pajaritos, sin sus hermanos alado suyo compartiendo la sopa, en fin, el vino siempre espera en su mochila.
 Hace un tiempo niño, cuando las hojas aun no habían nacido, te dirigías a las hamacas corriendo y riendo, hoy, las huellas reviven en ti el deseo de convertirte en la sopa servida por la madre de Horacio mientras la niña de trenzas que amas pinta para ti un cuadro de sirenas y príncipes que navegan hacia un mundo conocido, sombrío y lujurioso, con sus pinceles de hojas petrificadas, tu doncella, da fruto a un niño de tal bondad que la plaza reirá contigo y con ella, con sus huellas en la arena ayer, y hoy, qué hay de cenar hoy mamá, pregunta el dulce retoño a tu dulce compañera niña mientras deja una huella al escapársele la pregunta, sopa contesta con una sonrisa dejando otra huella, tu apruebas con la mirada sin emitir palabra, completando así la tercer huella en la arena, saboreando ya el dulce aroma de las verduras que Horacio no comerá porque está pensando que cuento le contará a nuestro hijo y por qué le fue mal en la prueba de Matemática.

martes, 2 de septiembre de 2014

Osos panda asesinos de serpientes amantes del fuego

Un ejercito de osos panda gigantes, que vive en planeta no tan alejado de tierra-hombre, decide una noche de luna llena invadir todos los planetas de la galaxia en busca de serpientes que escupen fuego.
 Primer parada, tierra-hombre, la voz del panda jefe asesino de serpientes se escucha rugir desde los altoparlantes de la nave intergaláctica del ejercito, erizando los pelos de un panda joven al que le atemoriza de sobremanera la idea de tener que matar a esos pobres seres tristes que habitan el planeta tierra-hombre.
 Mientras tanto en tierra-hombre un niño de unos pocos años tiene una revelación mientras camina de la mano de su madre yendo al supermercado a comprar fideos para comerlos con manteca, aunque el los quiere con salsa, el niño ve con elocuente claridad el catastrófico porvenir que le depara a la humanidad, invadida por el ejercito de osos panda gigantes, vislumbra el terrible destino de las serpientes amantes del fuego, se lo cuenta a su madre con gran entusiasmo, pero su madre, está tan estresada por llegar "tarde" a todos lados, que no escucha al fruto de su vientre, olvidando que hasta hace poco tiempo sus corazones eran uno solo y su felicidad que era compartida, ahora corre riesgo de morir en manos de la futura invasión venidera ignorada.
 El ejercito de osos panda invasores se esfuma de la imaginación del niño en el preciso instante en el que la madre no escucha su profecía y la felicidad que en algún momento fue compartida por madre-hijo se desgarra lentamente junto a la desaparición instantánea de la nave, y la conexión entre madre-hijo se pierde como el vuelo de un ave que no volverá a su nido, que irá a contemplar e imaginar futuras catástrofes de razas que invadan planetas en busca de seres extraños, tendrá libertad y será feliz, aunque siempre extrañará su nido.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Boina y tejedora

En el baile todos esperan, todos esperan
en la vida pocos bailan, muchos esperan
en la espera entonces bailo
al compás del canto de la bellísima sirena.

Sentimientos cantados por un renacuajo que nadando en una fuente, en una plaza de Noruega, es vigilado por varios vampiros que intentan seducirlo para que entregue su sangre.

Los colmillos no me encantan
las sirenas ya no cantan
entonces baila el agua con el agua
y yo me voy con el frenético choque del agua con su agua,
hacia otro mundo,
antes de entregar mi sangre a reyes vampiros.

El renacuajo se entregó al agua que bailó con el agua de la sangre del renacuajo que nunca tomarán los oscuros vampiros de Noruega que ahora lloran por el pobre renacuajo, mientras un policía le roba un helado de limón a un nene que solo desea tener un globo rojo mientras su madre que lo sostiene de la mano, sueña con un globo amarillo, globo rojo y globo amarillo viven ahora en el recuerdo de algunos abuelos que usan boina y esperan a sus tejedoras, mientras el agua baila con su agua y pochoclos hacen ruido, en salas de cines donde películas de vampiros ensordecen los oídos de sus espectadores al igual que visitantes de un zoológico no lloran por el lamentado rugir del león que de bebé, fue renacuajo y soñó con globos rojos y amarillos en un mundo sin vampiros, con sirenas y renacuajos libres que usan boina.